Tendrían que conocerlo. Sobrepasó con creces la barrera de los 70 años, pero haciendo caso omiso de los quebrantos de la salud inherentes a la edad, conserva la ilusión intacta por vivir mejor y con mayor tranquilidad para el cuerpo y el intelecto. Sale poco de su casa de Málaga-”si acaso para comprar los yogures y el pan”, me confiesa sin la menor acritud o disconformidad con su situación. En edad joven y adulta ejerció como experto en informática, en los tiempos en los que la revolución de este nuevo saber permanecía aún en pañales.

De ahí le viene su contacto diario con el mundo a través de su ordenador instalado en una de las habitaciones de su domicilio – ” la leonera”, dice con sorna – desde la que, gozando de su jubilación, se mantiene en contacto con sus amistades a los que hace partícipes de sus descubrimientos en la red de redes. Les informa de los últimos avances de la medicina, de los consejos que expertos en salud le llegan para vivir más y mejor, de la inauguración de una biblioteca en la que se puede recalar vía on line, o lo mismo rescata del olvido páginas de autores famosos, como acaba de hacer con una composición poética de José María Pemán – “Al Crucificado” – ,muy oportuno en la Semana Santa. Y lo más importante, profundamente cristiano, transmite todo los consejos que recibe y considera que pueden servir para consolar y aliviar en el camino por un mundo que la humanidad sufriente se ve obligada a transitar muchas veces a su pesar.

Juan vive solo tras que la fatalidad le arrebató a su mujer, Susana, con la que me unían lazos de sangre. Algunas veces he traído a colación este matrimonio porque siempre me pareció ejemplar. Una relación de mutuo amor y comprensión que duró más de una cincuentena de años. Como una imagen vale más que mil palabras, recuerdo algunas de las presencié cuando a ambos les sonría la felicidad. Ella, a la hora de los postres, quitaba la piel de las ciruelas y enseguida de las ofrecía a él. Susana explicaba este detalle amoroso: Se trata de una costumbre de la madre de Juan y yo no iba ser menos”.

Susana partió hacia la Eternidad, ahora, en este mes hace cuatro años. Juan, con sus recuerdos y añoranzas emplea la mayor parte de su tiempo delante de su ordenador captando noticias que atañen a la actualidad, la salud, la política, la ciencia o la religión. Luego, pacientemente,las traslada a sus más allegados. Personalmente, le agradezco el gesto. Hay alguien que se ocupa de transmitir a los demás los conocimientos que de verdad valen la pena tener en cuenta.