Ya sabíamos de las cualidades olfativas de este leal amigo del hombre que tantos servicios ha prestado a los servicios de los Grupos y Fuerzas de Seguridad del Estado para llegar allí adonde los sentidos humanos,sobretodo el dela nariz,resultan insuficientes. Canes adiestrados pueden husmear el escondrijo de drogas, olisquear el lugar donde los explosivos han sido situados,amén de rastrear el sendero por donde huidos de la justicia transitaron o los pasos que dieron quienes se perdieron en lugares intrincados.
Pero ahora perros de la Policía Nacional, convenientemente adiestrados son capaces de husmear con prodigiosa precisión el sitio exacto en el que los facinerosos ocultan sus copiosas ganancias producto de sus acciones delictivas: detectan el dinero negro por muy oculto que se encuentre en el subsuelo, cajas acorazadas o camuflados con sustancias químicas de la más variada índole.
El adiestramiento de estos chuchos escudriñadores de los más inverosímiles lugares donde los forajidos intentan poner a buen recaudo las sustanciosas ganancias proporcionadas por sus tejemanejes punibles ya respondan a corrupción, narcotráfico o crimen organizado, parte del plan novedoso en Europa, bautizado como Billetes de Curso Legal(BCL), pensado para este fin y que está ofreciendo muy positivos resultados.
Los perros que sirven estos menesteres de localización de dinero negro, además de otros netamente humanitarios, señalan fuentes de la Guardia Civil que son piezas fundamentales en “prevención y persecución del delito” hasta el punto que se le consideran como agentes de la Benemérita. Así lo debió entender el rey Juan Carlos al conceder días atrás audiencia a Ajax,el primer animal que recibe esta distinción por méritos al salvar la vida de varios miembros del Instituto Armado en una intentona de atentado años atrás que quedó neutralizada por su intervención.
Tiemblen, pues, los delincuentes porque desde ahora no habrá refugio seguro para los caudales obtenidos de manera turbia o fraudulenta.
Deseo acabar estas líneas mencionando un caso de fidelidad extrema de un perro que perteneció a un familiar muy cercano. Cuando murió en Benaoján, su perro “Guiso” permaneció junto a su sepultura hasta que a él mismo le llegó la muerte. Y es que como apuntó Konrad Lorenz, padre de lo etología o estudios del comportamiento de los animales “No hay fe que nunca se haya quebrado, excepto la de un perro verdaderamente fiel”.