Mano tendida a la Serranía de Ronda
Ronda y la Serranía a la que engloba padecen un acusado déficit en lo que atañe a las comunicaciones que unen a los diferentes pueblos de su ámbito entre sí y con el exterior. Carreteras que dejan mucho que desear en sus trazados y accesos deficientes en su trazado que colman la paciencia de quienes lo transitan o, lo que es peor, ponen en peligro su integridad física. Escollos éstos que no son precisamente un aliciente para quienes disfrutan días de asueto y aspiran a dejarse caer por estos lares, algo que potenciaría un turismo que podría erigirse como piedra angular para el desarrollo y refuerzo del tejido industrial y productivo de la zona.
El Partido Popular de la Comunidad Autónoma se ha pronunciado recientemente a este respecto. El parlamentario Félix Romero, entre otras figuras políticas rondeñas destacadas, de las que era conmilitón, ha venido a la ciudad del Tajo a dar cumplida cuenta del Plan de Dinamización, que como proyecto ya ha sido depositado en el seno de la Comisión de Turismo. La pretensión es que la Consejería a la que se ha dirigido tenga a bien impulsarlo, haciéndose hincapié en que Ronda y la Serranía figuren con todo derecho, a tenor de su importancia, en las guías y diseños que promocionen el turismo en el ancho solar andaluz.
Pretensión ésta que lleva pareja la modernización de las comunicaciones viarias, condición sine qua non, para que este turismo al que se aspira se desarrolle y resulte competitivo con otras demarcaciones de la región. Aquí será la Consejería de Fomento la que tiene mucho que decir para llevar a buen puerto el inaplazable proyecto.
Bien es cierto que el ancestral aislamiento que venía sufriendo la comarca se mitigó en décadas recientes por las inversiones en infraestructuras, pero también lo es que el tiempo ha ido dejando su impronta perniciosa en ellas y se impone la revisión urgente para que ofrezcan la más óptima apariencia.
En definitiva, está en el ánimo del Partido Popular, el cual ha recibido el beneplácito de la Diputación de Málaga, como no podía ser de otra manera, implicar a la Administración del Estado para que el objetivo no haga aguas y cuaje de manera definitiva. De esta conjunción de organismos autónomos y estatales se espera presten su apoyo para dar salida a un problema acuciante que favoreciendo infraestructuras y comunicaciones redunde en la creación de empresas turísticas capaces de absorber una mano de obra juvenil que es abundante en la zona y que da palos de ciego para encontrar un puesto de trabajo que venga a paliar situaciones sociales conflictivas. Tenderles la mano se impone por derecho.