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Héctor Barbotta

Marbella blog

El ventilador a toda marcha

No es que el resto del tiempo esto sea un dechado de virtudes, pero cuando llegamos a la antesala de una convocatoria electoral la práctica sectaria de los partidos se hace más visible. Es cuando más deberían disimular, al menos en función de sus propios intereses y de cuál viene siendo la percepción que la mayor parte de la población tiene de la actividad política, pero el comportamiento se hace más cristalino a medida que se avanza en el camino hacia las urnas.
Turismo y desempleo

Hace dos semanas tuvimos en Marbella una exhibición de comportamiento sectario cuando el presidente provincial del PP, Elías Bendodo, atribuyó el menor crecimiento del turismo en Marbella en el último año en relación a otros municipios del entorno a la nueva política de promoción turística del Ayuntamiento; sin tener en cuenta que el periodo que valoró para que los datos le dieran sustento a su argumento (febrero de 2015-febrero de 2016) incluían cinco meses de gobierno del PP en el Ayuntamiento y que la nueva política de promoción turística municipal sólo se hizo visible a partir de enero, cuando se presentó en Fitur el nuevo lema y hubo presencia municipal al margen del Patronato de Turismo. Este tipo de argumentaciones no sólo ponen de manifiesto hasta qué punto se utilizan no ya las instituciones sino hasta los datos en una dinámica partidista de la que los ciudadanos no sacan nada en claro, también muestran cierto desprecio por el más mínimo rigor intelectual.
Esta semana hemos tenido la contrapartida desde las filas del PSOE. Los datos del paro y del empleo turístico dieron la oportunidad al secretario provincial socialista, Miguel Ángel Heredia, y al propio alcalde, José Bernal, de atribuir los buenos resultados y también las excelentes previsiones en el sector no sólo a la estrategia de promoción turística del Ayuntamiento sino también a la política económica de la Junta de Andalucía. Así, desde esta perspectiva, cuando el paro sube es responsabilidad del Gobierno central, y cuando desciende, de la Junta de Andalucía. Desde las filas del PP el argumentario no es diferente, sólo es opuesto. Muchas veces se dice que frente a los discursos vacíos la respuesta está en acudir a los datos. Pero, como se ve, también los datos pueden manipularse según antojo de cada uno. Con los datos se pueden hacer análisis y también se puede hacer demagogia –o populismo, que es como se llama a la demagogia últimamente–. Y la demagogia puede servir para ganar algún voto pero sin análisis no hay manera de encontrar las soluciones a los problemas ciudadanos.

 
La cercanía de las elecciones también trae consigo un segundo efecto algo más desagradable que el anterior. En el entorno de la vida política se lo conoce como ‘el ventilador de mierda’. Esta semana también hemos tenido de eso. El asesor jurídico del alcalde, Carlos Cañavate, acudió finalmente a la citación de la comisión parlamentaria que investiga el fraude en los cursos de formación de la Junta después de que la Cámara tuviera dos intentos frustrados para localizarlo. Su testimonio era clave para la comisión, porque su declaración ante la Guardia Civil cuando aún era director de Formación Profesional para el Empleo de la Junta fue la que destapó la práctica habitual de eludir la rendición de cuentas que se había instalado en la administración autonómica. Fue destituido por el gobierno andaluz casi de inmediato pero el Ayuntamiento de Marbella lo repescó como cargo de confianza. A diferencia de lo que hizo cuando fue citado por la Guardia Civil, ante la comisión parlamentaria Cañavate optó por acogerse a su derecho a no declarar. Su postura, tan legítima desde el punto de vista legal como inasumible ética y estéticamente para quien cobra y ha cobrado de las arcas públicas, generó, como era de esperar, reacciones y contrarreacciones. Desde el PP acusaron al PSOE, y en concreto al alcalde, José Bernal, de comprar con un puesto de trabajo en Marbella el silencio de Cañavate, y el PSOE respondió con una nota en términos igualmente duros en la que advertía al PP que tenía mucho que callar porque debe dar explicaciones «y las dará en un futuro muy cercano» sobre su gestión al frente del Ayuntamiento de Marbella. Una amenaza en toda regla. El ventilador de mierda a toda máquina. ¿Tiene algo que ver todo esto con los intereses de los ciudadanos?

Está a punto de suscribirse el acuerdo de confluencia entre Podemos e Izquierda Unida y va llegando la hora de preguntarse qué repercusiones podrá tener ese acuerdo, si cuaja más allá de lo meramente electoral, en la política local de Marbella. De momento ambas formaciones llevan estrategias diametralmente opuestas en el Ayuntamiento, con el primer grupo dentro y el segundo fuera del gobierno municipal. Entre ambos suman cuatro de los 14 votos necesarios para sacar adelante las votaciones en el pleno ¿La posible convergencia aportará estabilidad al gobierno municipal o todo lo contrario? El gobierno municipal ha recibido un nuevo varapalo en los juzgados con la suspensión cautelar por el TSJA del artículo del reglamento que permitía nombrar a los altos cargos municipales. ¿Tendrá la decisión judicial consecuencias prácticas en el organigrama del Ayuntamiento o el equipo de gobierno se dispone a resistir?

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Sobre el autor

Licenciado en Periodismo por la UMA Máster en Comunicación Política y Empresarial Delegado de SUR en Marbella


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