¡Buenas! Después de un fin de semana intenso de trabajo ayer me tomé el día para desconectar, pero ya estoy de regreso para contaros el acto al que acudí el viernes. Un año más, la alta costura malagueña se vistió de solidaridad para celebrar el III Desfile benéfico abierto al mar. Una pasarela altruista creada para recaudar fondos, en esta ocasión para la Asociación AIOM para la adquisición de un equipo de diagnóstico avanzado de cáncer. El evento, organizado por el Club de Leones Málaga-Limonar, sirvió para conocer las nuevas colecciones de José Luis Joyeros y Ópalo. Además,  el diseñador Javier Alcántara presentó su nueva línea de trajes de pret-a-porter y Carlos Aguirre y Mario Camino, de Montesco, hicieron una interesante retrospectiva de sus 25 años de trayectoria. Puntadas de elegancia y buen gusto que sirvieron para impulsar la  compra de  un secuenciador de genomas de segunda generación que permitirá determinar el ADN de cada tipo de tumor.  “La intención es promover y desarrollar la investigación oncológica, así como desarrollar nuevas terapias para el tratamiento del cáncer para que, de ese modo, se asista a los enfermos de forma individualizada, pudiendo así reducir los efectos secundarios, ya que este aparato estudiará el ADN de cada tumor que, al igual que las personas, son todos distintos”, destacaron dede AIOM. Una vez conseguidos los fondos, el secuenciador se instalará en el Centro de Investigaciones Médico Sanitarias de la UMA (CIMES), ubicado en el Campus de Teatinos. Los pacientes que se atenderán serán remitidos por la sanidad pública malagueña, fundamentalmente de los hospitales Clínico y Carlos Haya. Sin duda, una genial iniciativa digna de aplaudir.  “Todos tenemos un plus de motivación muy potente. La finalidad que tiene este evento nos aporta una ilusión muy grande a la hora de organizarlo”, afirmó José Luis Joyeros.

Ópalo fue la encargada de romper el hielo con un maravilloso desfile con ese halo tan chic y tan parisino que envuelve siempre las propuestas que con tanto acierto elige su responsable, la empresaria malagueña Juanibel Vera. Simplemente maravilloso. Looks que destilaron sofisticación y buen gusto dirigidos a una mujer romántica e hiper femenina. Preciosas sus coronas de flores y sus sombreros. Estilismos 100% ponibles y versátiles que me llevaría a casa en bloque sin pensármelo. José Luis Joyeros, por su parte, conquistó al público con una colección de piezas XL pensadas para convertirse en protagonistas absolutas de cualquier ‘outfit’. Joyas con carácter y personalidad ideales para coronar looks básicos.

Y tras las propuestas de los organizadores el Limonar 40 se vistió de alta costura. Javier Alcántara aprovechó la cita para presentar su nueva colección de pret-a-porter, con tocados de Laura Olea. Lunares, guiños al animal print, mucho bicolor blanco y negro con acertados toques de lima y frambuesa en los complementos, juego de transparencias, plisados y hasta corsés pisaron la pasarela de la mano del diseñador malagueño. Me enamoró el modelo con el que cerró el desfile, en rojo, con una imponente falda de vuelo con cuerpo con transparencias y delicados bordados de pedrería.

Pese a un ritmo de desfiles mal llevado, excesivo a mi juicio ya que llegó a cansar, a que eran los últimos y a que muy a su pesar les falló el CD de música (por causas ajenas a ellos), Montesco puso el broche de oro al evento benéfico con una espectacular retrospectiva que permitió repasar sus 25 años de carrera. Un cuarto de siglo de diseños impecables, con un dominio de la aguja que mima hasta el último de los detalles, con la elegancia por bandera y ese sello barroco y ostentoso de la casa malagueña que les hace inconfundibles. Rayas diplomáticas, capas, flecos o brocados dominaron sus modelos. Me encantó su bañador con biznagas malagueñas y su modelo de novia, sofisticado y estilosísimo.

Os dejo con un resumen del acto en fotos, obra de Pablo Souvirón. Y lo dicho, para futuras ediciones se agradecería un mayor dinamismo sobre la pasarela, ya que se hizo muy larga. Otro fallo: abrir la barra de bebidas antes de que terminara lo que desvió la atención del público y perjudicó a los últimos en desfilar, pequeños detalles que deben limarse para que un acto tan bonito y en un paraje tan maravillosos brille al 100%.  ¡Hasta mañana!