Se distingue esta ONG por la ingente labor que viene realizando en Málaga para llevar siquiera sea por aliviar algunos días la acuciante falta de alimentos que padecen millares de familias. Se alza como un ángel guardián que no ahorra trabajos y sacrificios a la hora de servir al prójimo que adolece de lo más necesario para subsistir.
Hostigados por el desastre de la crisis una multitud silenciosa espera cada día que Bancosol venga a proporcionarle el alimento que les permita seguir en la senda maldita que para ellos no parece tener fin. Y de paso les reafirma que en este mundo todavía existe un rincón para
la esperanza, un atisbo de creencia en la bondad de las demás, una evidencia que les hace negar, cuando alguien deposita en sus manos el sustento para él y los suyos para el día, que el hombre no es un lobo para el hombre como afirmaba Hobbes, sino un ser generoso que procura paliar el padecimiento de los demás.
Bancosol no ahorra esfuerzos en su trabajo de recuperar los productos sobrantes de supermercados y mayoristas que de otra forma acabarían por perderse inútilmente. Ahora anda tras un plan que venga a evitar que los excedentes se pierdan sin beneficiar a nadie. Para ello deberán colaborar consumidores y administraciones públicas.
Que arrimen el hombro de manera conjunta, codo con codo. Las grandes superficies de productos de alimentación han recogido el guante y colaboran proporcionando artículos a punto de caducar o de los que pueden prescindir. Entre unos y otros se hará más llevadera la desgracia que abate a tantos hogares.
Foto: colegio Torrequebrada