El déficit de camas hospitalarias en la provincia de Málaga es manifiesto. Que los enfermos tengan que permanecer en los pasillos o en zonas comunes son imágenes que no se pueden calificar sino de tercermundistas. Una muestra más de que el Estado del Bienestar, ese anhelo de proyecto social en la mayor parte de las sociedades tecnificadas actuales, en el que nos creíamos confortablemente instalados hace agua. Si alguna vez pudimos presumir de ello la cruda realidad nos hace cada día que desmontemos esa creencia optimista.
No es que el personal facultativo y de enfermería sea deficiente, que no, es que las instalaciones y las camas son insuficientes, por lo que hospitales, como viene ocurriendo en el Clínico ofrecen una situación que deja mucho que desear.
En los últimos días, impactantes fotos de enfermos mentales acomodados, empleando un término suave, en espacios de dependencia inadmisibles, nos han hecho removernos inquieto en los asientos.
Precisamente son estos enfermos los que menos tendrían que sufrir tensiones y ansiedad, las cuales, indefectiblemente, obran en detrimento de su grave afección. Alguien tendría que replantearse en serio esta funesta situación para atajarla de una vez por todas.
Viví una experiencia en una de estas salas comunes, no por enfermedad mental sino por accidente doméstico, y creo que recordaré aquella experiencia el resto de mi vida.
Camas en los pasillos (Foto de SUR)