Serranía agraviada
Las promesas vienen de décadas atrás. Instituciones estatales y provinciales anunciaban a bombo y platillo que las depuradoras de los municipios dela Serraníade Ronda se construirían en breve tiempo.
Solo hay que tirar de hemeroteca – el dedo acusador que no cesa – para comprobar, una y otra vez, que eran promesas baldías, palabras y humo.
Nunca se acometieron las obras de saneamiento y pueblos como Benaoján, Jimera de Libar o Cortes dela Frontera, por mencionar solo algunos de los pueblos que riega el Guadiaro, continúan languideciendo porque las exiguas y sucias aguas de la vía fluvial ayudan muy poco – más bien distorsionan – un despegue de turismo rural que vendría a sacar a estos pueblos del marasmo económico en el que se debaten, cuando los antiguos medios de subsistencia – agricultura e industria chacinera – desaparecieron o se muestran visiblemente alicaídos.
Ahora, por enésima vez, Diputación y Gobierno, viendo la degradación del medio natural prometen el tratamiento eficaz de las aguas residuales dela Serranía. Sebaraja una cifra de 20 millones de euro para emprender el ansiado saneamiento.
¿Acabará ahora el agravio para la comarca o serán otra vez palabras que se lleva el viento? Veremos.