No ve bien el organismo internacional que se haya metido la tijera tan sin miramientos en educación, pensiones, sanidad e investigación.
Un informe que por su dureza el Gobierno ha obviado darle difusión pese a que se pedía explícitamente. Lo que no ha impedido que el mensaje nos llegue nítido y contundente. Acusa a que las medidas han provocado que una quinta parte de la población haya descendido a niveles en los que se puede hablar sin ambages de riesgo de pobreza.
A lo peor habrá que pensar que desde las altas instancias del poder político se han excedido en el prurito de conseguir los objetivos presupuestarios. No es descabellado que por estas razones de agobiar a los más desfavorecidos nos espere un agosto más caliente de lo habitual por la protesta social.