Tuvo un gran éxito en su día la película de Truffaut ´Los 400 golpes´. La trama (los golpes que la sociedad inflige al marginado protagonista) me lleva a asociarla subliminalmente a la ayuda de 400 euros que ahora están en un tris de que la sigan recibiendo los parados que agotaron sus prestaciones por desempleo, entre ellos los 25.000 de la provincia de Málaga, los cuales esperan la decisión del Gobierno de prorrogarla o eliminarla.
Esa exigua cantidad permitiría a una gran población sin otros arrimos pecuniarios subsistir precariamente algunos meses más, vitales cuando la desesperación hace mella en tantos hogares.
El peligro que se cierne sobre las cabezas de los afectados es real, habida cuenta que el Ejecutivo seguirá al pie de la letra las indicaciones de los gerifaltes de Europa respecto a llevar a cabo reformas mucho más drásticas que las hasta ahora efectuadas.
El Banco Central Europeo no se para en mientes a la hora de aconsejarlo. Y ya se sabe que quien paga, manda. Lo malo es que la olla a presión de la sociedad trabajadora largamente expoliada está cada vez más cerca de explotar. Esos 400 euros pueden suponer, si se suprimen, otros tantos golpes asestados al eslabón de la cadena de los más débiles.