La guinda de la magnanimidad de Amancio Ortega para con los desheredados de la fortuna acaba de ponerse con su donación de 20 millones de euros a Cáritas, que ha removido los cimientos de la organización filantrópica porque jamás había recibido tamaña donación. Venía mostrándose la entidad de ayuda a menesterosos impotente para atender la colosal demanda que en los últimos años le reclamaban como única tabla de salvación a sus necesidades más imperiosas: comida, pagar la hipoteca, hacer frente a la desgracia de un desahucio siempre injusto.
Cáritas atendió en el año pasado – y en este que ya toca casi a su final – a poco menos de 2 millones de personas. Una colosal obra caritativa que no podía por menos de conmover a alguien que como Amancio Ortega ya venía distinguiéndose por sus generosas aportaciones para paliar la penuria de ancianos y menesterosos a través de distintas organizaciones sociales.
Se podría decir que el dueño de Zara posee lo suficiente para conceder esa astronómica dádiva, pero también cabría preguntarse cuántos posen grandes fortunas y no se desprenden ni de un ochavo en ayuda a los demás. Cáritas satisfecha, los que dependen de ella para subsistir, ilusionados.
Foto. El empresario Amancio Ortega.)SUR)