No habrá que repetir machaconamente porque ya está en el ánimo de muchos que el Gobierno de Rajoy, que ahora cumple un año de su ascensión al poder, aparte de blandir a diestro y siniestro recortes e impuestos, en otras cuestiones se ha mostrado parco. Es lo que ha ocurrido con el lacerante asunto de los desahucios y sus secuelas trágicas, los suicidios que a todos nos han horrorizados.
Suspenderlos durante dos años y no permitir que accedan a ellos un muy contado número de beneficiarios, sin tener en cuanta a la inmensa mayoría que lo sufrirán por no reunir las condiciones necesarias, no permitiéndole la dación en pago, el alquiler socia o tener carácter no retroactivo, es solo un lenitivo a una padecimiento arraigado. Bruselas presiona y el presidente del Gobierno dice que ha ido tan lejos como puede.La Bancamuestra sus cartas y éstas suelen ser inexorables.
El desahucio ha sido el rayo que no cesa en la provincia malagueña. En Ronda, los desahucios han afectado a más de 100 familias y otras tanta sienten sobre sus cabezas la espada de Damocles de sufrir el mismo desastre.
Se han oído voces que deberían dar mucho que pensar a quienes ponen cortapisas para solucionar una extrema situación cuando existen en la ciudad miles de viviendas vacías como denunciala Plataforma Stop Desahucios. Una terrible circunstancia que ha llevado a algunos, en el culmen de la desesperación, anunciar su final en la profundidad del Tajo si persiste por mucho tiempo. Algo se estará haciendo rematadamente mal y que urge poner coto.