Un año difícil para las arcas del Ayuntamiento de Ronda y por ende para los rondeños que no podrán contar con nuevas inversiones para la ciudad. Menos ingresos y la posibilidad de que tras el litigio de Los Merinos se tengan que devolver los millones anticipados para la realización del proyecto que entusiasmó a muchos y suscitó la animadversión de innumerables vecinos de Cuevas del Becerro por la más que posible merma y calidad de las aguas de su entorno.
La popular María del Carmen Martínez, concejal de Economía y Hacienda del Consistorio se ha mostrado tajante: No se puede gastar más lo que se ingresa. Le asiste toda la razón. Por obviar esta verdad indiscutible muchas administraciones públicas llegaron a la bancarrota tanto dentro como fuera de la provincia. Las hemerotecas pueden suministrarnos ejemplos para dar y tomar.
Sin embargo, hay algo en su argumentación que puede alarmar a más de uno de quienes nos sentimos orgullosos del patrimonio cultural de Ronda, hasta ahora en manos del Ayuntamiento. Ha dicho en relación con la venta de la Casa de Jalifa que” se venderá lo que podamos vender”. ¿Entrarán en el terreno del merchandising algunos de los monumentos de la parte de Ronda conocida como La Ciudad; a saber, los palacios de Mondragón y Salvatierra, o la Casa del Rey Moro? ¿Pasarán a otras manos distintas de las del Consistorio la Casa del Gigante, el Alminar de San Sebastián o la Puerta de Felipe V?
Si todos estos oficios históricos se venden es de esperar que sea para remozarlo y no para reedificar en su lugar por lo que en lo que toca a las huellas de los bienes culturales que vienen de atrás se habrá un pan como unas tortas.
Foto. Casa del Jalifa. ( Serraníaderonda.com)