
Foto de un tren Talgo abandonando la estación de Benaoján(railwaymania.com)
Los pueblos cuyos términos municipales jalonan la vía férrea que une a Ronda con Algeciras profesan un vivo apego al tren. Esta forma de transporte les redimió en parte de un marasmo económico acusado a la vez que proporcionaba a sus habitantes una movilidad que hasta su creación les estaba vedada.
La comarca rondeña abrazó sin ambages la” era del ferrocarril”, un hecho económico y social que destacan los historiadores del siglo XIX. Fue una revolución en el transporte de personas y mercancías y personas que vino a culminar a mediados del siglo XX. Ronda no podía quedar al margen del progreso.
Carlos Lamiable y Watrin, un ingeniero francés afincado en Ronda en 1875, fue el encargado de ejecutar el proyecto de incorporar a Ronda a la red de los ferrocarriles. A sus conocimientos técnicos se unía su capacidad de contacto con figuras descollantes de políticos del momento, como era el caso del malagueño Cánovas ddel Castillo.
Por otra parte, gestiones de Jorge Loring y el Marqués del Guadiaro consiguieron que el proyecto cristalizase en su forma definitiva: la construcción de una línea entre Bobadilla y el puerto de Algeciras, pasando por Ronda. La empresa tomaba cuerpo después de sortearse muchas vicisitudes técnicas y económicas.
Los pueblos que se asoman al paso de los trenes de esta línea se han mostrado siempre agradecidos al tren. Es el caso de Benaoján, que antes de la irrupción del automóvil, le permitió que las fábricas de embutidos que, a mediados del siglo pasado vivieron sus momentos de mayor prosperidad, se sirvieran del tren para enviar sus productos a media España. Algo que revitalizó su economía y produjo el pleno empleo.
Este pueblo agavillado en el valle del Guadiaro puso en pie desde décadas atrásla Verbenadel Tren, un colorista y festivo homenaje veraniego tributado a un medio de transporte que vino a marcar una época que sin ser de esplendor por las difíciles circunstancias que se atravesaban – años de la posguerra y la autarquía franquista – sí fueron menos menesterosas.
Esta línea férrea de tanta trascendencia para numerosos pueblos, sobre todos los dela Serraníade Ronda, ha caído en desgracia. El Partido Popular no se ha opuesto a que se supriman varios trenes, desatendiendo una moción del PSOE de Málaga que optaba por su mantenimiento. Muchos lo lamentaremos, porque esto puede ser el principio del fin y que lo que siga sea el cierre de estaciones. Se hace caso omiso a la función social del tren, a su escasa contaminación ambiental y a la demanda de los usuarios que apuestan decididamente por él.