Ronda en pie para defender líneas del tren
La manifestación no podía haber escogido un lugar más adecuado. La explanada a la que se asoma la estación de Renfe ha servido del mejor marco para que partidos y sindicatos canalizaran sus exigencias al Gobierno Central y dé marcha atrás en su deseo de suprimir líneas entre Ronda yAlgeciras. También el servicio con Bobadilla se vería alterado.
Una determinación del PP, que sin parar en mientes, a la hora de recortar supuestos gastos que con la privatización del servicio piensa que se lograrían, propugnan una la medida que obra en detrimento de una comarca como la de Ronda, largamente discriminada por políticos cortos de miras, los cuales obraron a ciegas en detrimento de su desarrollo industrial y,por ende, en la consolidación del tejido social. La Serranía de Ronda, como las Alpujarras granadinas, por poner un ejemplo cercano de región deprimida, jamás gozó del apoyo gubernamental para hacerla salir del marasmo en la que vio sumida desde siglos atrás.
Se buscó con ahínco el voto de la población cuando trocó y se formularon promesas que nunca se cumplieron. De ahí el malestar de los rondeños, incluido el de los pueblos cercanos que vieron cómo se hacía caso omiso de sus reclamaciones, las cuales acabaron por convertirse en agua de borrajas, cuando los políticos de turno tuvieron,como dicen los serranos en su habla popular pero siempre acertado: “la sartén por el mango”.
Abrió la brecha de estaciones cerradas en pueblos limítrofes con Ronda, la de Arriate. No es descabellado pensar que sigan la misma suerte las de Montejaque- La Indiana, Benaoján o Jimera de Líbar, todas colindantes con el río Guadiaro. Todos estos pueblos se revitalizaron con el paso del centro desde los inicios del pasado siglo. Ahora se les regatea el servicio y las supresiones de líneas le restringen movilidad por mor de una orografía adversa: transportes de personas o mercancías se resentirán a causa del desaguisado que se piensa perpetrar. Campea sobre el personal que atiende estos servicios el fantasma del despido, otra desgracia que sumar a una decisión que es de esperar siga suscitando manifestaciones y protestas sonoras y contundentes.