Hasta ahora las distintas administraciones que tienen competencia sobre la salvaguarda de la Cueva del Gato, se había limitado a advertir del peligro que supone transitar sobre sus vericuetos pétreos sin el conocimiento previo del interior o acompañamiento de alguien experimentado en espeleología, amén de poseer una buena constitución física. Se trataba de impedir accidentes graves y era una prescripción lógica. Pero ahora, la Delegación de Medio Ambiente, impulsada no se sabe bien por quién, aunque se barruntan oscuros fines que pueden extorsionar los intereses del pueblo, en particular los que mantienen en pie un turismo rural in crescendo, acaban de prohibir la entrada a todo quisque que no pertenezca a la Federación Andaluza de Espeleología. Serán estos los privilegiados que que puedan hollar el suelo de las intrincadas galerías y disfrutar de la salvaje belleza de sus lagos interiores y torrenteras. Todo sea por asegurar la supervivencia de los murciélagos, según el argumento que se esgrime.
¿Alguien puede imaginar que se restrinja la entrada a la Cueva de la Pileta, regentada por los hermanos Bullón, por idénticas o parecidas razones? La del Gato, además de su belleza natural, es otra reliquia prehistórica ( las dos son un regalo impagable de la Naturaleza por ser muestra además del paso de homínidos y poblaciones paleolíticas: en ambas dejaron sus huellas y la expresión de un su incipiente arte, obviamente mucho más abundante en la Pileta).
Los propietarios de casas rurales, hotelitos y restaurantes de Benaoján han expresado su descontento de la arbitraria decisión. La visita al Gato va más allá de disfrutar contemplando las fauces de piedra del enfurecido felino sobre el charco Azul y bañarse en las frías aguas en los meses de estío. Adentrarse más allá de su garganta era un aliciente añadido para los grupos de visitantes de la zona, para lo cual se disponen de elementos técnicos y humanos para evitar cualquier incidente inesperado: advertencias, guías y cuidado extremo que hasta ahora habían venido ofreciendo óptimos resultados en cuanto a la integridad física de las personas.
Foto:Junta de Andalucía