Sergio Flores enseña los dientes
No solo no tiró la toalla en su pretensión de alzarse como candidato del PA a la presidencia de la Junta de Andalucía – salvo su repentina y breve “espantá” del partido de día atrás – sino que esgrime con más fuerzas y enconamiento sus propósitos iniciales, ahora sustentados por transigir la organización en que haga valer su derecho de participar en el pugilato por llegar hasta el final si subsana los errores que, al parecer, se encontraron en los más de 300 avales necesarios parea optar a la candidatura y ser partícipe legítimo en las primarias que están al caer.
No se amilanó el primer secretario de los andalucistas rondeños y después del conato de salir por piernas enrabietado por la decisión que le venía desde arriba volvió a coger los trastos de matar -no en vano Ronda es sinónimo de toreros de raza- y se dispone a lidiar con limpieza los obstáculos que en un primer momento le desanimaron, animado por un triunfo que le sabrá a tarde de gloria como primer espada tras una faena para el recuerdo, de lograrlo.
Y hablando de recuerdos. Nos viene a la mente que la ciudad del Tajo fue cuna del andalucismo. En Ronda, hace 95 años – 1918 – se reunieron una fría mañana de enero, como todas las del invierno serrano, gente de los más variados oficios y pelajes: se escribieron entonces los primeros renglones de lo que sería el Partido Andalucista años después. Se bebía en las fuentes del Ideal Andaluz, un compendio exhaustivo de la visión personal de la historia de Blas Infante,una obra insigne donde se se hizo hincapié en la identidad y los problemas acuciantes de de Andalucía y para su remedio se pusieron los cimientos para una obtención en lo porvenir de las autonomía política,la cual es hoy una realidad, pese a que los arduos problemas subsistan: “Yo tengo clavada en la conciencia desde la infancia la visión sombría del jornalero. Yo le he visto pasear su hambre por las calles del pueblo”. Una percepción que hoy persiste, lo que no deja de ser una desgracia.
De ahí la simpatía que en Ronda se profesa a Sergio Flores y su ideario y la complacencia con que se mira su advenimiento a la política local y ahora su afán para conseguir figurar en la salida para la carrera hacia la meta de la presidencia de la Junta. Lo tendrá difícil pero no es misión imposible. Digamos como el Cid Campeador a su rey: “ Cosas veredes, que farán fablar las piedras”. No hay como enseñar los dientes para que le hagan a uno caso.