¿Qué tiene Montejaque, a dos pasos de Benaoján, para atraer de forma desproporcionada las atenciones de la Diputación de Málaga y que el presidente de esta entidad supramunicipal, Elías Bendodo, se encariñe con él mientras da de lado al otro? Lo hace de forma descarada, sin cortapisas ni subterfugios, con lo que el agravio comparativo entre los dos pueblos del Guadiaro se hace más evidente y descarnado, sobre todo por la proximidad entre ambos, que también otros municipios de los aledaños no tan cercanos entre sí han puesto el grito en el cielo por tamaña desconsideración.
Una de dos, o el alcalde de Montejaque sabe “trabajarse” a Bendodo o el de Benaoján, Francisco Gómez, y los del resto de demarcaciones serranas no se muestran diestros en el cuerpo a cuerpo con la autoridad provincial, por lo que fracasan estrepitosamente en el intento. Porque Diego Sánchez, que se sepa no figura en las filas del PP, si no en un grupo independiente (ADIA) por lo que no cabe interpretar el hecho como un trato preferente como fruto de una militancia compartida.
Los hechos son que para Montejaque fueron a parar casi un millón de euros desde que el año en curso empezó a contar meses y en semanas atrás fueron a engrosar las arcas del Ayuntamiento 250.000 euros como inversión destinada al
Pabellón Deportivo, según informa Benaolla, una publicación que se proclama de carácter independiente que suele poner los puntos sobre las íes en asuntos que competen a buena parte del territorio serrano.
Los vecinos de Benaoján se quejan de que el deterioro del pueblo avanza imparablemente y, por supuesto, no se apenan de que las inversiones en Montejaque sigan un ritmo creciente, pero sería de desear que Bendodo y sus acólitos se acordaran también de otros pueblos serranos que permanecen casi en la inopia como si un hado maligno les negara el pan y el agua: “Ahí te pudras”.
Claro que si se observan gastos que pueden parecer banales como los exigidos por la embajada en “Municipalia” de hace unos días, es posible que desde arriba se muestren reticentes a la hora de establecer asignaciones.
Olvidan, si es así, que este encuentro en la Muestra catalana puede producir claros beneficios en cuanto se exhiben en los diversos stands todo cuanto es necesario para el mejor funcionamiento de los ayuntamientos, y por ende, en las mejoras que éstos están obligados a llevar a cabo en los pueblos, dispensando así una más completa satisfacción a los munícipes de los que dependen.