La investidura de Susana Díaz en el aire

Se las prometía muy felices Susana Díaz cuando en las elecciones del pasado marzo consiguió mayor número de escaños que sus contrincantes. Pero no era oro todo lo que relucía: lo vimos enseguida. Los cuatro partidos en liza que podían apoyar su investidura los próximos lunes o martes le han dicho rotundamente que “nones”, que hay que cumplimentar antes unas condiciones “sine qua non” para recibir el beneplácito que la haga posible.

Hasta ahora la presidenta de la Junta en funciones se ha mostrado reticente en aceptar las imposiciones esgrimida por sus oponentes, a saber, PP-A,Podemos y Ciudadanos (a IU, por su esmirriado porcentaje de votos obtenidos, ni lo tendrá en cuenta, es de suponer). Ha hecho caso omiso a las reinvindicaciones puestas sobre la mesa de negociación. Solo una de éstas ha llegado a buen puerto: las renuncias de Griñán y Chaves a continuar en sus funciones, ambas, empero,diferidas en el tiempo,lo que no acaba de contentar a los partidos en liza. En el ínterin, hace acto de presencia Felipe González, un icono del PSOE,como se sabe,diciendo que nunca habría consentido la marcha de los dos prebostes del partido para sentarse a negociar.

Pero “a lo hecho, pecho”, que decimos la gente de la Serranía de Ronda cuando algo tiene que ocurrir indefectiblemente. Con todo el panorama se presenta oscuro tirando a negro para doña Susana. Los contrincantes no sueltan prendas porque temen que su electorado les escupa a la cara que para eso no les votaron y que cada palo aguante su vela.

Ahora se viene pidiendo una segunda vuelta en las elecciones para que gobierne definitivamente el partido más votado. La urgencia se impone en esta ocasión,pero no se mencionó en los más de 35 años que los socialistas vienen ostentado el poder en Andalucía. “De aprovechados está el pueblo abarrotado”, que también decimos socarronamente en mi tierra.