Una vacuna imposible
Jose Becerra
No hay padres que no confiesen en estos días la imposibilidad de lograr la vacuna Bexero, tras la que andan a caza y captura, para inocularla a sus hijos menores de edad con el fin de contrarrestar los efectos de una enfermedad que puede ser letal.
Se está jugando impunemente con la salud de nuestros hijos. A los políticos más señeros que tenemos en suerte que dirijan los senderos por los que cruzamos el suelo patrio se les llena la boca elogiando la sanidad española, pero ésta deja en ocasiones mucho que desear. Es el caso de la vacuna Bexero indicada para contrarrestar la meningitis en menores, una enfermedad que en muchas ocasiones pueden ser letal. Se nos dice mediante los medios informativos que está en vías de resolverse el acuciante problema que venía preocupando a los padres que aspiraban a inocular a sus vástagos de una vacuna que se venía solicitando desde muchos meses atrás.
Afirman fuentes del Ministerio de Sanidad que se han puesto a la venta 230.000 dosis contra la meningitis B, lo que vendría a solucionar el problema del desabastecimiento atroz en las farmacias debido al retraso de la fabricación de la vacuna destinada a inmunizar a la grey infantil de esta posible lacra. Tampoco se muestran pacatos a la hora de señalar que ante la carencia de la vacuna se podía administrar en hospitales en casos puntuales como grupos de riesgo por problemas en su sistema inmunológico. Ahora mismo ni esto último es posible porque tanto los dispensarios como las farmacias se encuentran del todo desabastecidos y en ellos existen larguísimas listas de espera que no tienen por menos que exasperar a los padres que saben el peligro que entraña para la vida de sus hijos la demora en administrarles la vacuna en cuestión, que puede provocarles la muerte en tan sólo 24 horas.
La cuestión es que el Bexero se puede conseguir sin dificultad en el vecino Portugal o Andorra amén de países como Alemania, Francia, Reino Unido, Italia o Grecia, entre otros países europeos. Esto para mayor inri de los padres que son sabedores de que pediatras españoles, con un buen criterio, pidieron meses atrás la inclusión de la vacuna en el calendario infantil. Pero fue como predicar en el desierto. Nadie les hizo el menor caso. De ahí la importancia de que los padres sepamos a ciencia cierta las virtudes o complicaciones asociadas a esta vacunación porque ya hay quien practica el “turismo de medicamento” en pos de este inyectable del que hay que saber a este respecto que no puede sufrir la cadena del frío en su traslado de uno a otro lugar y que avala sus más óptimas condiciones para ser administrada con garantía de efectividad.
Con todo tenemos que confiar, no nos queda otra, que esperar en que el ansiado Bexero esté disponible en España más pronto que tarde evitándose un desesperado peregrinar de una a otra botica con el afán de encontrarlo, peregrinaje hoy por hoy del todo infructuoso.