Pero a la concavidad tenebrosa, admirada por propios y extraños, se le han cerrado los caminos que hasta ella conducían: devastado el puente sobre el río del acceso a tan emblemático lugar las autoridades locales con la alcaldesa, Soraya García, a la cabeza no cejan en su empeño de conseguir que sea restaurado. Hasta ahora, si no la callada por respuesta por parte de las administraciones, sí es la dilación para reconstruir el puente de acceso derruido (2 años atrás), lo que impera. Hasta el momento los intentos para que el puente siga permitiendo el acceso a tan emblemático lugar no han cuajado. Pero, como cabía esperar, la primera edil no ceja en su empeño de conseguir que el Gobierno andaluz de una vez por todas se decida a reconstruir el acceso devastado. Hasta ahora la demanda no ha obtenido frutos, lo que se traduce en que quienes deciden visitar la famosa Cueva a todo trance pongan en peligro su integridad física al atravesar el río para poder llegar hasta ella y disfrutar de la fascinación que a los sentidos brinda.
Porque si existe un monumento natural, no digo en la provincia sino en buena parte dela Península, al que se le pueda sacar mayor provecho, es esta gruta y sus alrededores. Aparte de su contemplación, se puede permanecer durante todo un día disfrutando de un microclima excelente. Propiciado éste por lo abrigado de su situación entre rocas y la feraz Dehesilla, sobre todo en tiempos de farragosa canícula, es un alivio para el cuerpo merced la sensación de frescura que dispensa, después de disponer el ánimo para el sosiego y la relajación.