El presidente Rajoy se ha pavoneado ante los asistentes al G20 después de recibir palabras laudatorias sobre la marcha de España. “¡Gaudeamos, igitur”…!, como dice el gozoso himno universitario por excelencia, pero no porque somos jóvenes, sino por haberse supuestamente enfilado la senda que conduce al final de la crisis, si no la hemos superado ya. El ministro Montoro, por su parte, lo da ya por hecho y exulta diciendo que “España es el gran éxito económico del mundo”. Y lo dice sin sonrojarse y sin mover un músculo de la cara que pueda delatar algún asomo de duda.
Menos lobos, señores del Gobierno. Porque mucha gente de aquí, superando la sangría en la población que significó la salida masiva de emigrantes en los años 50 y 60 del pasado siglo, hicieron las maletas camino de Alemania y otros países centroeuropeos en pos de un bienestar que en su país, España, se les niega.
Estaríamos jubilosos si la reforma laboral llevada a cabo por el Gobierno creara trabajo de verdad y no estacionario y no lo destruyera de hecho. Saltaríamos de puro gozo si no se nos hubiera subido los impuestos, cercenando el poder adquisitivo de las clases trabajadoras y menesterosas, incluidos los pensionistas. Y qué decir de la Sanidad o la Educación, las cuales merced a drásticos recortes nos hacen mirar con temor caer enfermo y no encontrar la atención debida a la que tenemos derecho, o contemplar con estupor y rabia como se niegan becas o se ponen trabas para su obtención o se suben con descaro las tasas académicas , hasta el punto que haya ayuntamientos, algunos de la serranía de Ronda entre ellos, destinan cantidades que sustraen de los gastos corrientes para dedicarlos a la ayuda de estudiantes a los que se les niega el acceso a la Universidad por falta de medios económicos. Saltariamos de puro gozo si no destinaran cantidades ingentes para recapitalizar a los bancos, mientras miles de familias sufren desahucios y se ven en la calle sin remisión.
Menos lobos en el relato de la recuperación y menos congratulaciones. Nos suenan como muy precipitadas.
Foto: Diario SUR
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