En honor a la verdad hay que admitir que si se habla en estos días de Benaoján no es porque los convecinos sean objeto de controversias. Los dardos de la crítica se dirigen directamente hacia su alcalde, Paco Gómez, que no es la primera vez que suscita la animadversión de buena parte de la población, convenientemente orquestada por la oposición socialista encabezada por quien ostenta la portavocía de esta formación política, a saber, Soraya García, la cual no acostumbra a tener pelillos en la lengua cuando de lo que se trata es de airear el comportamiento del edil en el desarrollo de sus funciones consistoriales.
Los rifirrafes entre el regidor y la opositora no cesan y ya se habló hasta la saciedad, por citar uno de los episodios más recientes en el pugilato que viene muy de atrás, de la contumacia de Gómez en fumar en los plenos contra el parecer de la socialista, quien puso el grito en el cielo por este preceder, que bien mirado, no deja de ser arbitrario y nada plausible.
Lo que Soraya García recrimina ahora al primer edil es que se haya saltado a la torera en un pleno del pasado agosto un par de asuntos, entre otros, que se consideraban de suma importancia para el pueblo, a saber, la bajada del IBI, que la vecindad considera excesivo – como vecino y propietario de inmuebles puedo far fe de ello – y un supuesto reparto del Banco de Alimentos que se cree arbitrario. Ambas cuestiones fueron, al parecer, “vetados a votación”, una decisión que encrespó los ánimos de la portavoz socialista y que la llevó a interponer una demanda que judicialmente acabó con darle la razón, pero que no fue óbice para que Gómez la recurriese con celeridad.
El contencioso administrativo terminó por dar la razón a la parte querellante y obliga al alcalde a rectificar. Otra cosa que es que se muestre o no renuente a aceptar la decisión, que no es persona que se amilane fácilmente, de ahí su recurso elevado a las instancias correspondientes (con el gasto notorio que eso conlleva).
Los socialistas, los locales y los provinciales, se han mostrado duros contra la actitud del regidor y no han dudado en esgrimir ásperas argumentaciones sobre su proceder y manera de conducir los destinos del pueblo.
Dura lex sed lex, que decían los latinos, y que traducimos libremente por Dura ley pero ley. Toca acatarla más allá de los encontronazos de los políticos de turno. Lástima que se hable de Benaoján por estas cuestiones y se obvien otras que sí nos gustaría que saliesen a la palestra y que nos encrespen el sentir ciudadano.
Foto: Soraya García en una de sus intervenciones ene el pleno