Carreteras deplorables en la Serranía

Si algo satisface plenamente a quienes se adentran en los pueblos es que las carreteras que conducen hasta ellas ofrezca las mejores condiciones de viabilidad. No se puede transitar por ellas si las calzadas dejan mucho que desear; cuando esto ocurre la atención de centra en sortear las dificultades y el paisaje que se avizora pasa a segundo lugar.

Los pueblos serranos, a los que llegan los tentáculos y las influencias de la vecina ciudad de Ronda, se pueden considerar como paradigmas de ser extremadamente cuidadores de los caminos que hasta ellos conduce, ni mucho menos, que esta situación óptima que sería de desear no depende de ellos, ni siquiera de sus respectivos ayuntamientos, sino de instancias administrativas superiores de las cuales han de llegar las provisiones pecuniarias pertinentes que vengan a garantizar infraestructuras pertinentes.

Ana Rico, que es parlamentaria del Partido Popular, se ha dejó caer días atrás por Arriate, a dos pasos de Ronda, para ver “in situ” la paralización de las obras que algún día podría contar con un vial de circunvalación del pueblo. No tuvo pelillos en la lengua para tildar de “abandono” del proyecto,amén de otros que dejan muy mal parada a la Junta de Andalucia, remisa a respaldar económicamente el proyecto que vendría a unir la Sierra Norte de Cádiz con la Serranía de Ronda,con lo que esto supondría para la comarca en cuanto a su desarrollo económico.

La presidenta de la Junta, Susana Díaz, inmersa en laberinto electoral de marzo, visitó la ciudad del Tajo días atrás, pero que se sepa, no habló del asunto ni tan siquiera llegó a reunirse con la alcaldesa de Ronda, María Paz Fernández. No debió parecerle urgente o necesario, a más bien parece que era un asunto baladí, pese al clamor de autoridades y la vencindad que no ceja en su empeño de reclamar una presta solución.

En el lado opuesto, políticamente hablando, tenemos a la Diputación de Málaga, regida por el popular Elías Bendodo, anunciando semanas atrás que se destinarán tres millones de euros en este año a obras en carretera y otras infraestructuras de la comarca rondeña. Sectores como el agroalimentario lo esperan como agua de mayo (por ejemplo, las bodegas, abundantes y prestigiosas, cuyos vinos figuran en el palmarés de los mejores de España) y otros sectores no menos importantes como el turístico y el cultural de los que tanto depende la renombrada ciudad del Tajo.

¿Se verán cumplidas estas promesas? Porque si no, y a la vista del prometo alegre y despreocupado que se enarbolan en tiempos de elecciones, tendremos que pensar, como dicen los más viejos del lugar, socarrones ellos, que “unos por otros y la casa por barrer”, en esta caso y como motivo más apremiante, el estado de nuestras carreteras que no admiten más demoras ni encogimiento de hombros, léase indiferencia, por los gerifaltes regionales de turno. Mucho está en juego.