Año de vaivenes
Dice el refranero castellano,siempre sabio y certero,que “año de nieves, año de vienes”, lo que provoca la satisfacción de los pocos que aún viven de los productos del campo. Ahora se podría decir, con no menos enjundia, que “año de elecciones,año de vaivanes”,algo que tengo para mí van a producir las sucesivas consultas electorales a las que estamos llamados en este 2015 (y en principio del siguiente); año,que ya se afianza con vigor en el calendario y que con esas circunstancias en el horizonte promete ser particularmente intenso.
Ya tuvo lugar la primera,ésta en la Comunidad andaluza, con el resultado que viene a confirmar estas previsiones poco optimistas. Llevó Susana Díaz, el gato al agua, pero no con la contundencia necesaria para ahogarlo. En otras palabras, que su triunfo resulta relativo porque, si no quiere convocar de nuevo elecciones, tendrá que tragarse el sapo de que, según dijo, gobernaría en solitario y buscar alianzas donde sea para mantenerse en la presidencia de la Junta.
Podemos y Ciudadanos, fuerzas políticas que han mostrado un tirón indiscutible – resultados al canto -por su parte, han exigido a Díaz la dimisión los expresidentes Chaves y Griñán, antes de sentarse a negociar cen cualquier tipo de pacto,por lo que todas las espadas están en alto de momento y la propia investidura se columpia en el aire. Aunque todo da a entender que se limarán asperezas y que, cada partido,salvando ambivalencias, daría su brazo a torcer llegado el momento.
Se pregunta uno, absorto en los dimes y diretes que se lanzan los políticos entre sí, multiplicados por mil en época de elecciones, no digamos ahora que se van a suceder en poco tiempo no menos de cinco, se inquiere uno, digo, que si cuando no hay comicios cercanos se desentienden de sus obligaciones – aunque hay a quienes cumplen con su deber haya o no consulta electoral en el horizonte, todo hay que decirlo- qué puede ocurrir cuando se otea tal cúmulo de consultas, de las que cabe prever serán a cual más agresiva.
Las flaquezas humanas son imponderables y no será desatinado afirmar que aquí y ahora cada uno va a barrer para su casa y dejará de lado el quehacer en favor de la ciudadanía que ya antes le entregó su voto. Ahora, tras devanarse la sesera para encontrar ofertas a cual más atractiva para deslumbrar al españolito de calle, aunque para sus adentros reconozca que son inviables. Mucho tendrá que trabajar el PP, por ejemplo, a este respecto, ahora en horas bajas y en franco declive. Poco se espera de su apremiante convocatoria de la Junta Directiva Nacional. Rajoy no cambiará el Gobierno ni someterá a cambios la cúpula del partido. Al tiempo.
La cuestión es que la dedicación a propalar las excelencias de sus programas, para conseguir escaño y lugar preeminente ya sea en el Parlamento andaluz, ya en ayuntamiento respectivo, o en el Congreso de los Diputados, llevará a los partidos a no parar en barras a la hora de conseguir adeptos a su causa.
Por nuestra parte nos toca afinar en la elección que hagamos,algo que no debería ser muy difícil porque a estas alturas no se nos escapa de qué pie cojea cada aspirante a conquistar un lugar preeminente en la vida pública y que es más que probable que haga de su capa un sayo después de conseguir sus propósitos.