El falo de Almargen
Hasta ahora las noticias que teníamos sobre falos descomunales se referían al de Archidona, un hilarante sucedido que tuvo lugar en octubre de 1971 en el cine del pueblo en cuestión y que Camilo José Cela, nuestro preclaro Nobel de literatura, inmortalizó en su escrito mordaz y sarcástico `La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona”. Lo que ocurrió es que una pareja, durante la proyección de la película, se entregó al escarceo y el juego libidinoso; en otras palabras, que se entregaron a la masturbación sin reparar que, embebidos en su tejemaneje amatorio, había quien les observaba atentamente. Una picante historia con tintes escabrosos que hoy perdura en la memoria de los archidoneses más viejos y que reviven con pelos y señales lo que por entonces resultó un escándalo.
Pero ahora de lo que se habla en la provincia de Málaga es del falo de Almargen: una misteriosa escultura en forma de pene a la vez que de mujer embarazada que autoridades académicas y críticos de arte la consideran un ídolo o diosa de la fertilidad con más de 5.000 años de antigüedad, nada más y nada menos que de la Edad del Bronce y cuyo hallazgo fue casual, permaneciendo olvidada sin pena ni gloria, hasta que saltó la noticia. Una vecina del pueblo que anhelaba tener sucesión y que no encontraba forma de lograrlo se le ocurrió pasar la mano sobre el vientre de la figura, no se sabe si musitando una súplica, y he aquí que quedó encinta. Ni que decir tiene que el Ayuntamiento ha aprovechado esta feliz circunstancia para convertirla en una de las atracciones del pueblo
Y surgió la polémica al mismo tiempo que el peregrinaje al ídolo en forma de verga prominente. Son muchas las féminas agobiadas por la ausencia de fertilidad recalcitrante esperando el milagro de la gestación, que pasan su mano anhelante por el abultado abdomen de piedra, la cual,hoy por ahí se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de la población situada al noroeste de la provincia malagueña, que entre otros alicientes para ser visitada cuenta con la iglesia de la Inmaculada Concepción de claras trazas arquitectónicas mudéjares, además de sus soberbios sierrasescarpadas,idóneas paras el senderismo y el disfrute de rutas de montaña para el paseo más sosegado.
Las diosas de la fertilidad, según los estudios arqueológicos efectuados con precisos a lo largo del tiempo, fueron veneradas por las incipientes culturas de los pueblos neolíticos, a lo largo y ancho del ámbito mediterráneo. No es de extrañar ya que por esas remotas épocas predominaba en las tribus las mujeres en detrimento del elemento masculino. Eran,pues, colectividades humanas dominadas por el matriarcado. Es la razón por la que predominaban estas deidades prolíficas para el aumento de la población, hasta que se implantó el patriarcado,siendo las féminas aherrojadas al servilismo que perduró en la historia hasta poco menos que nuestros días.
Fruto de aquellas sociedades eminentemente matriarcales fueron esos ídolos de la fertilidad que garantizaban la continuidad de la tribu. El ídolo de la fecundidad de Almargen es una buena muestra de ello.
Foto : Mar García,diario SUR