
Cuando compramos una casa para la familia lo lógico y sensato es que si nos lo permitimos la compongamos echando mano a moblajes nuevos. Para que la estructura de la vivienda esté a tono con la obra recién acabada. Recurrimos a utensilios y menajes que no distorsionen con la nueva morada que hemos adquirido. Experimentamos un cambio en nuestro acontecer diario y queremos que se note. No decimos que el nuevo Centro de Salud aproveche el mobiliario del antiguo consultorio. No. Tratamos de dejar claro que lo que se esperaba era algo por lo que había rogado la población dela Caladel Moral y que no ha cuajado: más personal sanitario.
Pero se comprueba que médicos y enfermeros son los mismos que ya existían para atender la creciente población dela Caladel Moral, ni uno más. Y esto lleva consigo, entre otros reveses para los pacientes, que no se pueda conseguir una cita con su médico asignado en el mismo día.
El nuevo Centro de Salud ha ganado muchos enteros en comparación con el antiguo dispensario: moderno, accesible y luminoso. Siguen, empero, las promesas y los anuncios de que los nuevos profesionales terminarán por llegar y con ellos la puesta en marcha de la nuevas especialidades médicas. Pero por lo pronto no queda sino la espera. Y hay quien se siente chasqueado