Desidia de la Junta de Andalucía
José Becerra
“A perro flaco todo se le vuelven pulgas” es un dicho que en la comarca de Ronda argüimos cuando algo se suma a las desgracias que ya nos cayeron encima y que soportamos con más o menos estoicismo. Es un aserto indiscutible que la Junta de Andalucía no tiene en sus predilecciones a los parajes rondeños a la hora de distribuir sus mercedes por el ancho solar andaluz. Al menos es lo que da a entender el grupo popular que no ha tenido reparos en hacerlo público días atrás, alegando el malestar creado entre la vecindad rondeña y serrana que no tiene por menos en reconocer tácita o explícitamente la dejadez que soporta por parte del ente autónomo.
Se ha hecho hincapié en tres cuestiones cuya dejadez está levantando ampollas en la ciudadanía, a saber, el acceso peatonal del hospital de nuevo cuño, (centro ya puesto en marcha felizmente),que obliga a jugarse el tipo a quien tenga la necesidad de acercarse a sus instalaciones a pie por las más variadas razones. Al parecer, ha salido al quiebro la Diputación de Málaga anunciando una aportación del 50 % de la inversión requerida para dar cumplimiento a esta incuestionable y urgente necesidad, aún a sabiendas del que costo total correspondería a la Junta. Obras son amores…
En otro orden de cosas, que dicen los políticos grandilocuentes, está en lo que toca a las infraestructuras de la zona, la variante Este de Arriate, cuya contrata se encuentra paralizada nada menos que desde más de 10 años atrás, que ya ha llovido, y que abona una flagrante dejadez. Y, para mayor inri, que apesadumbre a quienes manifestamos apego por las reliquias históricas que perduran a través de los tiempos en el solar hispano y que hablan de un pasado esplendoroso que no conviene olvidar, está el yacimiento arqueológico de Acinipo que hace años espera se le conceda la atención que merece y su puesta en valor suceda más temprano que tarde.
Importa tener presente y no echar en saco roto que la Ley del Patrimonio Histórico que data de 1985 tiene entre sus principales preceptos “poner al servicio de los ciudadanos y no de unos pocos como se hacía en la Ilustración, favorecer medidas que propicien el acceso del público a los bienes culturales”.
Acinipo merece toda la atención que merecen los monumentos que perpetúan momentos históricos del pasado. Cuidemos estas vetustas piedras que fueron testigos de hechos y personajes de nuestra intrahistoria, entendida esta alocución, según Unamuno, “para designar la vida tradicional que sirve de fondo permanente a la historia cambiante y difícil”. No nos vale la desidia de la Junta al respecto.