El Partido Popular no duda en quemar toda la pólvora que pueda para sacar adelante su proyecto de cambio en Andalucía. La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, ha dejado que se le oiga alto y claro, al afirmar que el Plan de Empleo Rural se mantendrá contra viento y marea “sin que se le baje un solo euro”.
Con frecuencia se oye despotricar, sobre todo a los mandamases de CiU, de este plan y de la conveniencia de los jornaleros andaluces de abrazarlo a cambio de su voto. Lo cierto es que el PER ha significado una ayuda inestimable para que la vecindad de muchos pueblos al sur de Despeñaperros puedan sobrevivir en situaciones calamitosas como las que se vienen padeciendo en los últimos años.
Permitió que no se abandonaran del todo y que más mal que bien se permaneciera en su lugar de origen en espera de que vuelvan tiempos mejores. En la Serranía de Ronda el Plan resultó decisivo para solucionar muchos problemas económicos familiares. En otras palabras, ha servido para que, sin trabajo de sus miembros efectivos, muchas familias pudieran comer cuando obtener un trabajo fijo se convirtió en un objetivo imposible.
Al final de la campaña andaluza, con las espadas en alto, resulta positivo que todas las opciones que ofrecen los partidos se aireen, siempre que se atengan a la verdad y no a la promesa vana. Para que cada cual vote, según su leal saber y entender, y sin que nadie de apropie de elementos que son comunes a todos los grupos políticos en liza para bien de los jornaleros.
JOSÉ BECERRA