Benaoján defiende su industria
Las precipitaciones no son aconsejables en ninguno de los aspectos que la vida puede deparar, ya una persona, ya aun grupo, como es el de los productos cárnicos. A veces, producen un daño irreparable que difícilmente se puede aminorar. Es lo que puede ocurrir con la sombra de la sospecha que, en el caso do la listeriosis, ha venido a crear alarma en Benaoján, un pueblo de acendrada tradición chacinera, centenaria y sin mácula que siempre se ha caracterizado por su buen hacer en el campo de la elaboración de embutidos. Poner en solfa a una empresa por la posible – que no confirmada del todo – contaminación de sus productos no puede llevarnos a extender el temor al resto de las que en este pueblo de la Serranía de Ronda se distinguieron siempre por la depurada calidad de sus productos después de más un siglo de existencia. Son muchos los años de una labor intensiva que ha caracterizado a Benaoján, sin que jamás ser haya producido el menor quebranto por impureza alguna en la más de una decena de fabricas que dan trabajo a buena parte de los habitantes del pueblo: superan la cifra de los 300 empleados del cómputo de habitantes actuales que sobrepasan poco más de 1500. Se puede decir que el pueblo vive de su industria chacinera: siempre ha sido un emporio del buen hacer en este menester, hasta el punto de llevar la impronta de sus elaborados a media España.
Conscientes de la importancia que para el municipio supone la continuidad en la fabricación de elaborados cárnicos, que jamás ha habido que ponerlos en cuarentena por un acontecer que empañara su ya dilatada trayectoria, han salido a la palestra voces autorizadas, como la de la alcaldesa,Soraya García, quien con muy buen criterio, ha pedido “prudencia” ante los hechos que han sumido al pueblo y su floreciente industria en la consternación. Ha hecho hincapié en que “los análisis efectuados a la empresa aún no han dado resultados pertinentes”. Hay que esperar por tanto y no dar por hecho lo que hasta ahora no pasan de ser conjeturas.
No cabe duda que la industria local, modélica en su acontecer, jamás ha sufrido un contratiempo como el que hasta ahora ha de ser frente: se ha mermado su producción considerablemente, lo que puede llegar a ralentizar el índice de empleados en el sector. Algo de lo que ha vivido Benaoján desde tiempo inmemorial, merced a que jamás ha sufrido merma alguna la calidad de sus fabricados. Importa y mucho que los hechos se esclarezcan más pronto que tarde y, que lo acaecido, que en ningún modo puede poner en duda la calidad de los productos benaojanos, se esclarezca, de manera y forma que se continúe la trayectoria de buen hacer de los fabricantes locales sin la menor mácula denigrante: muchas décadas atrás de buen hacer los contemplan.