Coronavirus structure
Diputación y Ayuntamientos arriman el hombro
JOSÉ BECERRA
Comercios y fábricas de Andalucía sufren en sus carnes el acoso de la pandemia que azota sin piedad a media España y obliga a sus moradores a recluirse en sus hogares. Los pequeños pueblos de la provincia de Málaga, por su escasa densidad de población, no ofrecen esas series dantescas de muertes y contagiados en otros lugares que los medios informativos se encargan de airear y que nos tienen por menos que producirnos un cerval espanto. Lo que no quiere decir que los responsables públicos de cada colectividad no se apresten a facilitar información a la vecindad y a tomar medidas que vengan a paliar en lo posible en sus demarcaciones esta malhadada epidemia que nos socava el ánimo y nos infunde exacerbado terror ante un futuro incierto.
Como muestra un botón, que se dice de manera coloquial cuando pretendemos mostrar un ejemplo de lo que se trata de exponer. La Diputación de Málaga, a tenor del buen buen criterio de quienes la dirigen, ha tenido a bien diseñar un ambicioso programa de saneamiento de lugares que de manera obligada son transitados o visitados por la población de las pequeñas circunscripciones malagueñas en el discurrir diario o en sus necesidades fortuitas de cada día. El propósito no es otros que limpiar y desinfectar las calles de todos y cada uno de los más de 80 pueblos de la provincia con una mínima densidad de población. Una medida esperada y oportuna que los habitantes de los pequeños núcleos de población del interior malagueño agradecerán vivamente, como no podía ser de otra forma. “Obras son amores…”.
Un caso concreto que refleja la predisposición de los ayuntamientos de la provincia lo encontramos en el de Benaoján, reflejo de lo que en otras demarcaciones malagueñas se observa sin distinción. La ayuda anunciada por la alcaldesa, Soraya García, quien atenta a las dificultades y circunstancias adversas por las que atraviesan los pueblos de la provincia y considerando que el que dirige no podía ser una excepción, acaba de decretar, entre otras, la eliminación de arbitrios municipales a entidades locales que permanecen abiertas durante todo el año y que se han visto obligadas a cerrar sus puertas de manera perentoria. Así mismo, anunció ayudas a las que solo de manera temporal abren sus puertas, y que se han de plasmar en la supresión de arbitrios municipales tales como el agua, basura o el IBI anual. Ante casos excepcionales medidas inusuales que vengan a dar un respiro a quienes sufren en sus negocios y en sus carnes el zarpazo del terrible acoso.
Ante el acoso de la calamidad que golpea a todos los rincones del país, decisiones de este calibre son bienvenidas y de agradecer por parte de quienes tiemblan ante el acoso de este enemigo común que amenaza a personas y actividades empresariales de toda índole.