Con frecuencia las instituciones altruistas y caritativas como Cáritas o Cudeca, ante sus necesidades acuciantes saltan a los medios de comunicación para pedir angustiosa ayuda.
Ahora le ha tocado a Bancosol, que está viendo como en sus almacenes, de los que se surten ONG de toda la provincia, acusan la ausencia de productos agroalimentarios perecederos para atender la creciente demanda.
Se trata de una llamada urgente para reponer sus estanterías de todo aquello que viene sacando de la inopia a familias a las que ya no le queda otro medio de subsistencia. Si no fuese por esta ayuda para por lo menos poder comer dos veces, no es que nuestro pretendido bienestar social se esté socavando sino que el estallido social por esta indigencia sobrevenida habría tenido efectos explosivos y catastróficos.
Por esta razón, a todos nos incumbe, las empresas agroalimentarias sobre todo, arrimar el hombro en unos momentos adversos para quienes echaron sobre sus hombros, sin nada a cambio, la tarea de ayudar a los más necesitados.