No había transcurrido un año desde el estallido dela II GuerraMundial cuando la mayor parte dela Europa occidental (verano de 1940)  era controlada por Alemania merced a aplastantes victorias militares. También los recursos económicos de tan vastos territorios. Era el Tercer Reich.

  Ahora, verano de 2012, ausente el nazismo y los  tanques, pero  recurriendo a su poderío económico,   amenaza con subyugar buena parte de aquel antiguo solar, esta vez incluyendo a  España.

  Las armas empleadas son más sutiles: En el caso de  nuestro país negándonos el pan y el agua (aunque se haya verificado el rescate de la  banca) de una ayuda que podría venir del Banco Central Europeo (BCE) para frenar las ínfulas de una prima de riesgo que nos asfixia más  cada día, aun después de que el Gobierno haya realizado los  recortes inimaginables exigidos y aquí tan protestados. 

  Detrás de ese banco,  que el ministro de Exteriores, García-Margallo, ha reconocido acertadamente como “clandestino”, no nos equivoquemos, está Alemania,  que más allá de exigir  comportamientos fiables a las comunidades autónomas si no eliminarlas, mucho es de temer que añore glorias pasadas y sueñe con un nuevo imperio  alemán sometiendo a su antojo a  las naciones periféricas.