Aunque uno viva en una comarca del sur más al sur como es la provincia de Málaga no quiere decir que nos mantengamos alejados de las vicisitudes políticas del PP de Madrid.  Y ahora a este partido que tanto entusiasmo cosechó en las pasadas elecciones generales se le acumulan las dificultades y el descontento generalizado de los esquilmados ciudadanos.

  La Presidentadela Comunidadde Madrid, Esperan Aguirre,  ha dicho adiós a la política. Nadie lo esperaba, nadie podía hacer conjeturas sobre marcha. Bien  es cierto que una enfermedad grave la puso fuera de juego meses atrás. Pero una vez superada, volvió con más ímpetus si cabe a su actividad.

   Ahora cuando anuncia su renuncia a la presidencia hay quien baraja esta posibilidad. Sin embargo, ella ha dejado muestras bien visibles de que no arredra fácilmente. Alega la falta de dedicación al seno familiar., que ahora quiere remediar. Puede que esto haya influido en su sorpresiva decisión.

    Pero hasta que no se disipen las dudas – Rajoy debía aclarar algunos puntos de su última  entrevista con Aguirre – lo cierto es que flota en el aire la percepción de que su abandono tenga mucho que ver con las discrepancias mantenidas con la cúpula de Génova. No estaba conforme con la decisión adoptada en el caso Bolinaga y discrepaba de la política de “mantenerla y no enmendarla” del Gobierno con las comunidades autónomas, entre otras divergencias. Y sobre, la gota que parece haber colmado el vaso es el desencuentro con el ministro  Montoro, mil millones de euro por medio para la comunidad madrileña.

 Hay quien en el partido después de deshacerse en alabanzas hacia Aguirre  concluye con que nadie es imprescindible. Se equivocan en el PP, ella sí es imprescindible. Por su honestidad, coherencia y espíritu de superación. Por su saber estar y carisma. No saben bien los populares lo que se pierden. Lo sabrán, sí, cuando podamos ejercer otras vez el derecho al voto.

Foto: Diario SUR