La terrible enfermedad que está resultando tan destructiva como una plaga para nuestros mayores – aunque ha empezado a combatir a otros que solamente han empezado a peinar canas – se ha enseñoreado de buena parte de los diputados que sientan sus posaderas en el hemiciclo dela Carrerade San Jerónimo.
Al menos una treintena de ellos no recuerdan el paradero del Ipad que se les encomendó a su custodia solo algunos meses atrás coincidiendo con el inicio de la presente legislatura.
La tableta entregada a sus señorías resulta ser la más cara en el mercado electrónico como corresponde a la categoría del usuario y el resto de componentes que se le entregan para llevar cabo su alto menester. Nos preguntamos cómo se puede perder un artilugio de uso diario y del que se supone se ha de echar mano con harta frecuencia. Pues ya ven ustedes: 30 han desaparecido sin dejar el menor rastro. “Es una cifra un poquito demasiado alta”, ha reconocido el propio presidente dela Cámara Baja, Jesús Posada. Sin duda que lo es.
Pero la presteza con que los que perdieron el artilugio informático han pedido uno nuevo se encontró con la decisión dela Mesade no reponerlo. Una decisión que no ha tenido por menos que provocar el aplauso de la ciudadanía, un mucho desconectada de los políticos en los últimos tiempos.
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Sobre el autor
Nacido en Benaoján, 1941. Licenciado en Lengua y Literatura Española por la UNED. Autor de varios libros. Corresponsal de SUR en la comarca de Ronda durante muchos años.