Era un problema arduo porque es bien sabido que no hay dinero para casi nada. Sin embargo el Gobierno, que no compensará la subida del IPC a ningún pensionista, ha optado por subir las pensiones una media del 2% a los que cobren cada mes menos de 1.000 euros y el 1% a quienes sobrepasen esta cantidad mensual. Menos da una piedra, que dice el demoledor adagio, y sin pronunciarlo lo ha hecho suyo el Ejecutivo de Rajoy.
Se da de lado a la subida de los precios y a la siguiente alza del
coste de la vida. Otra promesa electoral incumplida y van… Pero aquí está el sufrido pueblo para soportarlo, ahora, en particular los que oteamos más cerca que lejos el ocaso de nuestras vidas.
Pero esa decisión que nos ha descorazonado ha venido acompañada de otra no menos inquietante: se ha vuelto a trastear en la “hucha de las pensiones” para hacer frente a la paga extraordinaria de Navidad, la cual muchos llegamos a pensar que estaba a un tris de desaparecer. No ha sido así, loado sea de Dios.
Sin embargo este hurgar intempestivo en la bolsa del remanente ha sido fruto de reformar la ley de la Seguridad Social que contemplaba recurrir al 3% del fondo cada año. Ahora, por lo visto, se alza la veda y se podrá superar ese límite hasta el 2015. Barra abierta y el que venga atrás que arree. El Pacto de Toledo, papel mojado.
Foto del diario SUR. La vicepresidenta del Gobierno habló de las pensiones.