¿Dónde ha ido a parar todo lo robado? ¿Es posible recuperarlo?
La expresión tópica es la de ríos de tinta, pero habría que sumarle las horas y horas de televisión dedicadas a los aspectos más superficiales del ‘caso Malaya’. Muchas veces, como dice Mafalda, lo urgente no deja tiempo para lo importante.
Lo urgente es quién va para Alhaurín, a quién le toca salir de la cárcel. Y para algunos, demasiados, programas de televisión, si los presos recibirán visitas, si juegan al dominó, si sirven café o se afeitaron el bigote.
Pero para quien vive la realidad cotidiana en Marbella hay algo más fundamental que las noticias más importantes y por supuesto que las inconsistentes tonterías rosas ¿Dónde está el dinero? ¿Se lo podrá recuperar?
El bloqueo de las cuentas bancarias de más de 130 personas y sociedades permite albergar aunque sea una leve esperanza de que los implicados, o por lo menos algunos de ellos, no se irán de rositas.
Hay quien dice en Marbella que aún con lo que ha caído, Jesús Gil volvería a ganar las elecciones si reapareciera en el mundo de los vivos. Quizás por eso no conviene olvidar que en su condición de inspirador de lo que vino después, adoctrinaba con un máxima a quienes aspiraban a serle útil y no estaban seguros de poner la firma al pie de los convenios: «De la cárcel se sale, de la miseria no».
Estaría bien que los sinvergüenzas pasaran algunos años a la sombra. Pero aún mejor sería que sus cuentas bancarias volvieran a la situación en la que estaban antes de que se esquilmara el Ayuntamiento, las zonas verdes, los bosques, el litoral y la reputación de Marbella.