Al fin una propuesta a la altura de las circunstancias. La idea de reciclar el edificio construido ilegalmente para albergar el hotel Senator y utilizarlo para paliar la falta de residencia para mayores seríá, si se concreta, un acto de justicia en varias direcciones. En primer lugar, hacia uno de los sectores más maltratados durante la era gilista en Marbella, utilizado descaradamente como fuerza electoral y olvidado permanentemente en las acciones de gobierno, más allá de los festivales demagógicos que se montan durante las ferias y que deberían ser suprimidos por decencia democrática. En segundo lugar, para los propios infractores. Reutilizar un edificio con unos fines diferentes para los que fue construido aprovechando las en su día ventajas de un sistema corrupto es una medida tan drástica como el derribo, pero, en este caso, más útil para la ciudad. Y en tercer lugar para la propia ciudad, que al fin, después de muchos años, podría dar una muestra palpable, más allá de lo discursivo, del manoseado concepto de calidad de vida. Marbella tendría posiblemente la mejor residencia de ancianos de España.
Es de prever que esta propuesta, surgida del seno de la gestora, sufra en los próximos días duros ataques de quienes ponen el interés particular de los empresarios por encima de los intereses generales. Y corresponderá a los marbellíes que realmente quieren a su ciudad, defenderla.