No son pocos los indicios que invitan a pensar que Roca estaba avisado de que en su imperio comenzaba a venirse la noche.
La infidencia de una ex concejala, a quien esto firma, dos meses antes de la operación, de que Roca sabía que iba a ir a la cárcel; el comentario extendido entre su gente de confianza de que el jefe se iba del Ayuntamiento; la versión, que procede de sólidas fuentes de lo que era el poder municipal en aquel entonces, de que Roca había pronunciado la frase «Esto explota en marzo» y las precauciones que tomó con algunas de sus comunicaciones (no con todas) constituyen pistas de que ‘Malaya’ no tomó desprevenido al asesor de Urbanismo.
Si es así, ¿por qué se dejó coger con una contabilidad exhaustiva? ¿Por qué la gente de su entorno, que seguramente le deberá favores y su propio enriquecimiento, lo defendió al principio pero ahora forman fila ante el juez para culparle de todo? ¿Será porque se sienten traicionados por el jefe? ¿Piensan que Roca les sirvió en bandeja pruebas contra ellos para proteger a otros?
¿Por qué no se han encontrado pruebas contra el empresario más cercano a Roca que sí aparece en al menos dos declaraciones?
¿Blanqueaba Roca dinero de otras organizaciones?
¿Ha elegido la cárcel para protegerse de ellas?
Y la última ¿Dará Malaya respuesta a estas preguntas?