No es la primera vez que Marbella se enfrenta a una crisis o, mejor dicho, que una situación de parón del sector de la construcción amenaza a la economía de la ciudad tal y como ahora lo está haciendo. No está mal, por ello, recordar qué sucedió en situaciones similares anteriores. No precisamente para hacer lo mismo, sino para que síntomas parecidos no inviten a repetir con las medicinas que ya demostraron ser nocivas. 16 años atrás la ciudad fue invitada a aislarse, a construir un supuesto paraíso con islas artificiales y trenes bala, a vivir institucionalmente al margen de la política y de los partidos para no contaminarse con sus prácticas de corto alcance y tentadas por la corrupción. Por ese camino acabó convirtiéndose en el paradigma de aquello de lo que se prometía escapar. Así llegamos hasta aquí.
Construcción
No se puede jugar sin árbitro
Supimos esta semana que la construcción sólo alcanza al 25 por ciento del volumen de actividad que tenía hace menos de cinco años, que ello está afectando de manera negativa al empleo, que conseguir ahora un albañil que haga una reforma en casa es mucho más fácil y rápido de lo que lo era entonces. Sobre todo porque entonces era casi imposible. Se ha escuchado ya alguna voz que atribuye esta situación, que no es exclusiva de Marbella y que encuentra causas, incluso, globales, a la recuperación de la decencia en la ciudad. Esta opinión no se expresa así, sino encubierta. Pero ya se ha escuchado el argumento de que con tanta escrupulosidad no se puede, que el empresario necesita manos libres, que el respeto a la ley, en definitiva, no es más que un obstáculo a la hora de hacer negocios. Como si se pudiera practicar seriamente un deporte sin hacer caso al árbitro. O como si directamente se pudiera jugar sin árbitro. Hay demasiada gente todavía acostumbrada a hacer trampa. Y a la que le molesta que se criminalice a los sinvergüenzas.
La lectura opuesta es que más allá de las causas que escapan a nuestro control, estamos así como consecuencia de los excesos del pasado, y que esta situación invita a prepararse para afrontar el futuro. Aprobar el Plan y recuperar la seguridad jurídica para cuando llegue el cambio de ciclo, que nunca se sabe cuándo puede ser. Sería imperdonable que nos sorprendiera con los deberes sin hacer. O mal hechos.
Seguridad
Protesta por las reyertas en San Pedro
La primera semana laboral del año ha sido escenario de un afloramiento de los problemas. Como si hubieran estado agazapados, dormidos durante las fiestas, para resurgir en cuanto la ciudad comenzara a recuperar su ritmo normal. El martes, cerca de un centenar de vecinos de San Pedro se concentraron frente a la Tenencia de Alcaldía para protestar por la inseguridad y las continuas reyertas que se suceden en una de las zonas de marcha. Pidieron respuestas ante los responsables municipales, como se hace siempre, aunque la seguridad encuentra responsables también en otros ámbitos. Los concejales bajaron a dar explicaciones. Posiblemente el Ayuntamiento pueda hacer más. Y posiblemente, también, las promesas de seguridad no tuvieron en cuenta en su día las limitaciones que las circunstancias imponen. Pero se trata seguramente más de un problema de recursos disponibles que de disposición a usar esos recursos. Y que requiere también soluciones globales que afectan tanto a lo social como a lo institucional.
Maltrato
Una lacra tras la puerta de al lado
Y no es el único. 80 mujeres que en Marbella están bajo protección permanente por su condición de víctimas de malos tratos ofrecen un panorama de cuál es la dimensión que este problema ha alcanzado también en la ciudad. Se trata, es verdad, de un despreciable fenómeno general que afecta a toda la sociedad, pero ello no debe hacer olvidar que es también una lacra que se reproduce al lado nuestro, posiblemente tras la puerta del vecino. También aquí existen responsabilidades institucionales, pero también sociales.
Empresarios
El CIT madruga para evitar contaminarse
La recuperación del ritmo ciudadano tras las fiestas ha llevado a los directivos del Centro de Iniciativas Turísticas a abrir el proceso de renovación de autoridades. Lo han hecho en los primeros días del año porque tienen toda la intención de que su elección no se vea contaminada por la campaña de las autonómicas y generales. No quieren que les suceda lo mismo que a la Asociación del Casco Histórico, cuyo proceso se vio empañado por la contaminación electoral de las últimas municipales. Por eso han madrugado. De momento sólo se presenta Miguel Gómez Molina, que aspira a su tercer mandato, pero el plazo de presentación de candidaturas no acaba hasta el jueves. De momento no se ven aspirantes opositores en el horizonte.