La escena no sería más que un ejemplo del vodevil absurdo en el que muchas veces se convierte la política cuando faltan ideas originales si no fuera en realidad algo más que eso. Después de que las fotos de un pintoresco puente de madera que se construye sobre la desembocadura del Río Verde para unir los paseos marítimos de San Pedro y Marbella salieran publicadas en el periódico, los partidos políticos iniciaron una carrera desbocada para ver quién se apuntaba el tanto. Los del PSOE, porque las obras están financiadas con cargo al Plan Turístico de Marbella, incluido en los presupuestos de la Junta de Andalucía. Los del PP, porque es el Ayuntamiento la institución que decidió el destino de los fondos y la que encargó el proyecto del puente.
Así fue como el PSOE, con su secretario provincial a la cabeza, convocó el martes una rueda de prensa en mitad del puente para explicar cuánto invierten la Junta y el Gobierno en Marbella y hacerse la foto de rigor con la pasarela de madera de fondo. El Ayuntamiento de Marbella quiso contrarrestar el golpe publicitario y contraprogramó con otra convocatoria media hora más tarde. Ni unos ni otros cayeron en que el puente no estaba aún inaugurado, por lo que pusieron en apuros al capataz de la obra, que no sabía si cumplir con las normas de seguridad y no dejar pasar a nadie o claudicar ante la aparente importancia de un grupo de personas trajeadas seguidas de una nube de cámaras que solicitaban que se les abriera paso.
La anécdota puede tener su punto de gracia si no se tiene en cuenta que ese mismo día se conocieron los datos del paro, que había superado en España la barrera de los cuatro millones de personas y en Marbella la de los 15.000, y que seguramente no era una pelea de sainete para ver quién se apuntaba el tanto de una obra inconclusa lo que ese día los vecinos podían esperar de los políticos. Y tiene menos gracia aún cuando se cae en que este absurdo no es un hecho aislado, sino que se repite una y otra vez como muestra del abismo, sin puentes, que separa las inquietudes de los votados de las preocupaciones de quienes les votan.