Ha surgido el rumor (no es la primera vez) de que Putin busca casa en España y enseguida las miradas se ha posado en Marbella. En ninguna otra ciudad el rumor sería creíble.
Los teléfonos llevan dos días sonando con voces que urgen a confirmar el rumor, pero estamos hablando de un personaje que ha conseguido consumar en su país la consolidación del capitalismo salvaje sin renunciar a la opacidad informativa que caracterizó a sus antecesores comunistas. Las propiedades y la vida privada de Putin son un tabú en Rusia. Como muestra basta un ejemplo: su mujer, que lo acompañaba a todos lados, se ha hecho invisible para las cámaras de un tiempo a esta parte y nadie se atreve en Moscú a preguntar por ella. Como para preguntarle dónde se ha comprado una casa.
La Zagaleta, el lugar donde los rumores sitúan la nueva casa de Putin, es ideal para el personaje. No solo porque ahí ostenta parcelas y mansión el exalcalde de Moscú Yuri Luzhkov, sino también porque es una de las pocas del entorno de Marbella -en realidad está en el municipio vecino de Benahavís- de carácter cerrado. Una barrera impide pasar a los curiosos que no han sido invitados, y una discreción absoluta desanima a cualquiera que haya decidido perder el tiempo preguntando.
El caso es que se ha pedido, y concedido, una licencia de construcción para una de las parcelas de Luzhkov (entendámonos, no estamos hablando de parcelitas de 300 metros) y ello ha desatado los rumores.
Y todo coincidiendo con la presentación de una feria inmobiliaria, el Russian Meeting Point, que pretende poner en contacto a los bancos propietarios de viviendas de lujo con inversores rusos. El rumor hizo que este martes la presentación de la feria contara con una cobertura inusual.
Habría que comprobar si los rumores anteriores coincidieron también con ferias inmobiliarias. Y es que a veces alcanza con sumar uno más uno.