Ajeno al pasado, el equipo de gobierno municipal de Marbella se empeña en mirar al futuro, en el que vislumbra una avenida Ricardo Soriano peatonal en su tramo más céntrico. Que en un momento como éste, con dificultades para afrontar el coste del funcionamiento ordinario de la administración, se desempolve semejante proyecto ha tenido diferentes lecturas. Desde quienes lo ven como una cortina de humo para disimular la difícil situación de otros proyectos ya comprometidos hasta quienes advierten de que la ciudad no puede renunciar a su futuro aunque en estos momentos se atraviese la mayor crisis de la que se tenga memoria. Una disyuntiva que recuerda a la fábula de los tres hermanos perdidos en el camino: uno porque tropieza continuamente en su afán de mirar solo el horizonte; el otro, sin rumbo porque solo mira hacia abajo para evitar tropezarse, y el tercero, porque acaba con la mirada extraviada al intentar mirar en ambas direcciones al mismo tiempo.