Posiblemente al presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, no le alcance con estar al frente de un club que durante más de una década se financió con el dinero de los ciudadanos de Marbella y cuyo consejero delegado, hijo del exalcalde de la ciudad y antecesor suyo en la presidencia del club, ha sido condenado por el Tribunal de Cuentas a devolver, solidariamente con sus hermanos, 100 millones de euros al Ayuntamiento de la ciudad.
Seguramente tampoco le baste con que una sentencia, la del ‘caso Camisetas’, explicara negro sobre blanco el mecanismo por el que el dinero que salía del Ayuntamiento de Marbella acababa en un club de fútbol, el suyo para ser precisos. Aquella causa en su día envió preventivamente a la cárcel a Jesus Gil y posteriormente lo inhabilitó para que evitar que siguiera llevándose dinero de la ciudad para financiar los negocios que cerraba en el palco del estadio Vicente Calderón, donde compartía asiento con ministros, consejeros y empresarios de su misma calaña.
Tampoco le debe alcanzar con el sainete legal que, hasta que fue desembrollado unas pocas semanas atrás, mantuvo al cementerio de Marbella embargado por la Liga de Fútbol Profesional, ni que uno de los empresarios condenados en el ‘caso Malaya’ por sus tejemanejes en la trama que apañaba con Roca y compañía los servicios de ‘leasing’ de la flota de coches municipales tuviese como domicilio legal de una de sus empresas el mismo estadio Vicente Calderón, donde ahora es él quien preside el palco.
Al parecer, Enrique Cerezo ha considerado que no había quedado suficientemente claro el papel que la entidad que ahora preside y que antes encabezó Jesús Gil jugó en el saqueo sistemático de Marbella. Seguramente ha pensado que la decisión del presidente de la Federación de Fútbol de poner por delante de los miembros de su directiva, para que la firmaran, la solicitud de indulto para José María del Nido, condenado a siete años por meterle la mano en el bolsillo a los vecinos de la ciudad y llevarse 2,7 millones de euros, no explicaba suficientemente cuáles son las referencias morales de quienes están al frente del llamado deporte rey.
Por eso el domingo pasado tras la retransmisión de un partido deseó suerte ante las cámaras en su petición de indulto a del Nido, un tipo que al fin y al cabo es como él. Todo el mundo del fútbol lo apoya, dijo. Para que entendamos, por si no estaba claro, dónde está, cómo es y a qué se dedica lo que él llama ‘el mundo del fútbol’.