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Héctor Barbotta

Marbella blog

5.000 votos buscan lista

Los nuevos partidos están comenzando a comprender de qué va esto. El pasado jueves los parlamentarios andaluces de Podemos y Ciudadanos asistían atónitos a la monumental bronca en la sesión de constitución del Parlamento Andaluz que enfrentaba a PSOE y PP por la composición de la mesa de la cámara. Mientras los debutantes parecían meros espectadores ante la discusión barriobajera que inauguraba las sesiones, desde los puestos de Izquierda Unida lamentaban que las dos fuerzas debutantes no hubiesen comprendido la importancia de lo que se decidía y se mantuvieran al margen, como si el asunto no fuera con ellos. En un parlamento atomizado y con un Partido Socialista obcecado en comportarse como si contara con mayoría absoluta, la composición de la mesa es fundamental para empezar a trazar el rumbo de la legislatura. Los socialistas han impuesto sus tablas y su experiencia para ganar la primera batalla. Posiblemente los dos partidos nuevos tengan ahora cuatro años por delante para preguntarse si no hubiese sido mejor comenzar a ejercer desde el principio su condición de miembros del Parlamento con todas sus consecuencias.
Y es que más allá de lo que cada uno opine de lo que deben ser las instituciones o la propia práctica política, las cosas sólo se empiezan a cambiar desde la realidad. Y la realidad es muchas veces menos edificante de lo que a uno le gustaría que fuera.
Ciudadanos, el partido emergente que parece haber surgido para actuar como dique de contención de los votos de protesta que amenazaban con mudar en masa a Podemos, acaba de toparse con la realidad a nivel local. Esta semana, la dirección nacional de la formación ha decidido no presentar lista para las municipales en Marbella, y seguramente a muchos le habrá venido a la cabeza la decisión adoptada por Podemos en octubre del año pasado, cuando su dirección nacional acordó no concurrir a las elecciones locales tras constatar que no serían capaces de impedir que su marca fuese usufructuada por arribistas y oportunistas de intenciones equívocas.
Ciudadanos es el Podemos liberal-conservador, y era lógico que tarde o temprano se encontrara con los problemas y las disquisiciones de su formación gemela al otro lado del espectro ideológico. Montar una marca electoral cuando hay espacio político para hacerlo parece mucho más sencillo que crear un partido barrio a barrio y pueblo a pueblo y lidiar con las bajezas y las ambiciones humanas. Le está costando a Podemos, pese a que cuenta con una base de activistas fraguada en manifestaciones y protestas libradas bajo el calor de la indignación ciudadana y el 15-M. Mucho más difícil va a ser para el partido de Albert Rivera, cuya base social parece estar en votantes del PP defraudados por la política fiscal del Gobierno y las golferías sin fin, pero mucho más despolitizados y sin gimnasia en estas lides.
Los más de 5.000 votos que Ciudadanos consiguió en Marbella en las elecciones autonómicas y la proyección que situaba a esa formación con dos o tres concejales y una posible posición de bisagra en la próxima corporación municipal han supuesto una tentación muy grande que la frágil estructura de ese partido en Marbella no ha sido capaz de resistir. La explicación oficial para no presentar candidatura en Marbella ha sido que la agrupación local de Ciudadanos no estaba suficientemente cohesionada. La real posiblemente sea que la dirección del partido no quiere que su marca electoral sea mal utilizada en un año en el que la batalla está en convertir a Albert Rivera en un personaje decisivo en la política española. Incluso en eso parece seguir la estela de Podemos.
Ahora resta por saber dónde buscarán amparo los votantes que hace menos de un mes huyeron del Partido Popular para refugiarse en Ciudadanos. En las filas del PP sabían que el partido de Rivera podía hacerles daño en las municipales, más si se presentaba con un candidato desconocido que no despertara rechazo y que dejara librada toda la suerte electoral al tirón de la marca. Pero sabían también que los eventuales concejales de Ciudadanos difícilmente acabarían en un gobierno de todos contra Ángeles Muñoz.
Con la decisión de Ciudadanos de no acudir a las urnas el próximo 24 de mayo, el PP pierde de vista a su principal competidor en su espectro ideológico. Pero se queda también sin un eventual aliado para cuando se constituya la corporación municipal y haya que conformar una mayoría que no aparece nada clara en las previsiones electorales.

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Sobre el autor

Licenciado en Periodismo por la UMA Máster en Comunicación Política y Empresarial Delegado de SUR en Marbella


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