Concluido el plazo para la presentación de listas para las elecciones municipales, ya sabemos cuántas candidaturas asistirán en Marbella, que una vez más vuelve a exhibir su singularidad política. Acuden once formaciones entre las que aparecen cuatro nuevas candidaturas y no figura Ciudadanos, la fuerza política que junto a Podemos parece estar llamada a renovar el panorama político en España.
Están, por el contrario, los tres grupos con presencia en el Ayuntamiento, la lista auspiciada por Podemos, seguramente la que más posibilidades tiene de entrar en el Consistorio; UPyD, que en los últimos meses ha pasado de ser un partido emergente a una fuerza que lucha para no evaporarse; el Partido Andalucista, que lleva años librando esa batalla, y otras fuerzas singulares, como el Pasur, un partido que aparece con cada convocatoria pero cuya actividad es desconocida entre elección y elección; Neodemócratas, una formación también nueva que en las recientes autonómicas obtuvo 72 votos en Marbella y vuelve a probar suerte; SIMA, una formación local desconocida; y Change Marbella, un partido también local que aglutina a algunas de las personas que han estado en los últimos años en varias de las protestas contra el Ayuntamiento y que sorprendió con la elección como candidato del inspector de Urbanismo Manuel del Río pese a que el nombre que se venía barajando era el de un conocido empresario que a último momento se bajó –o lo bajaron– de la lista.
También llamó la atención que en un lugar destacado de esta lista figure el gerente del centro comercial La Cañada y hombre de la máxima confianza de su propietario Tomas Olivo, Javier Moreno. Pero más sorpresivo aún ha sido que esta presencia no generara ninguna reacción en sentido alguno de los partidos, ni siquiera de los que convocan ruedas de prensa o envían comunicados hasta para comentar el tiempo.
El anuncio de que la feria se celebrará este año en La Cañada provocó críticas en algunos partidos, que dejan caer la sospecha de un cierto trato de favor hacia Olivo, pero ni siquiera a ellos la aparente decisión del empresario de estar de alguna forma presente en la campaña electoral les ha supuesto motivo suficiente para realizar manifestación alguna, más allá de comentar en privado que les parecía raro. Que el gerente de La Cañada comparta candidatura con un inspector que tuvo participación activa en el expediente que desencadenó la salida del aún concejal de Urbanismo tampoco fue motivo de comentario alguno. Ni siquiera en el equipo de gobierno. El debate político, al parecer, debe transcurrir por otros lares.
Las manifestaciones realizadas durante estas semanas que preceden a la recta final hacia las elecciones –no sólo por los partidos que ya están en la oposición municipal sino también sorprendentemente, por quienes están fuera del Ayuntamiento– indican sin duda que todo el debate girará en torno a si Ángeles Muñoz volverá a ser alcaldesa o si habrá un nuevo gobierno municipal, de coalición y encabezado probablemente por el candidato socialista, José Bernal.
A tenor de cómo actúa, el PP, que renovó los primeros lugares de sus listas pero sin embargo mantiene ocultos a sus candidatos para exhibir en el escaparate político sólo a la alcaldesa, parece cómodo en ese escenario.