EL propietario del grupo Mirador ha sido absuelto tras quedarse con el dinero de dos familias que le pagaron 80.000 euros por adelantado por unos pisos que no construyó. La Audiencia ha entendido que ya ha pasado demasiado tiempo como para pedirle cuentas.
El abogado Juan Hoffmann, uno de los condenados en el ‘caso Malaya’, se ha sumado a la lista de prófugos al no presentarse en prisión seis meses después de ser condenado en sentencia firme, tiempo más que suficiente para organizar un huida en condiciones. Hoffmann es uno de los condenados en este caso con más recursos económicos a su disposición, condición indispensable para vivir escondido, dato que es imposible imaginar que los jueces desconocieran.
En Marbella, donde durante 15 años los saqueadores de la ciudad destrozaron su urbanismo ante la mirada complaciente de otras administraciones y también de los tribunales, se acaba de anunciar que el nuevo Plan General regularizará todas las viviendas levantadas al margen de la ley. Ya en noviembre el Supremo había advertido en las sentencias que anularon el anterior PGOU que el Ayuntamiento no tiene derecho a exigir compensaciones por los inmuebles construidos por quienes se saltaron la norma a golpe de comisión y bajo el amparo delictivo de quienes ocupaban en aquel momento la institución municipal. Ahora la justicia dice que si la justicia no hizo nada entonces, no puede hacerlo ahora.
Como se ve, la impunidad tiene diferentes caminos y es posible en un Estado de Derecho, aunque para ello es necesario que alguien en algún momento incumpla su obligación.
El nuevo PGOU de Marbella, que se aprobará no antes de tres años, consagrará la inmunidad y los beneficios de quienes se lucraron construyendo al margen de la ley, pero esta injusticia flagrante no podrá ser imputada al nuevo PGOU, sino a quienes estuvieron distraídos cuando correspondía estar atentos.
El Supremo ha dicho que la justicia urbanística no puede administrarse desde el planeamiento, que está para mirar al futuro y no al pasado, y que los desmanes que no pasaron por los juzgados tiene garantizada su impunidad. Lo que cabe es preguntarse por qué no pasaron por los juzgados y mirar a la cara a quienes en su momento eligieron mirar para otro lado.
El nuevo Plan consagrará los hechos consumados, y los promotores, los compradores de buena fe y quienes compraron sabiendo lo que hacían podrán respirar tranquilos. No hay como el paso del tiempo para limpiar culpas y dejar que la amnesia vaya haciendo su trabajo.