El equipo de gobierno ha hecho balance, al fin, de su primer año al frente del Ayuntamiento y las cuentas no pueden ser más alentadoras. Según el alcalde, José Bernal, ya se ha cumplido o está en camino de cumplirse el 73 por ciento del acuerdo a cuatro que propició su investidura. No el 70 ni el 75, que podrían considerarse cifras aproximadas y estimadas a vuelapluma, el 73 por ciento, lo que da cuenta de que el cálculo se hizo con exactitud, concienzudamente.
Con este ritmo de cumplimiento, aseguró el martes el alcalde, en un año más se habrá cumplido el contenido completo del pacto. El tripartito se arriesga a una segunda mitad de mandato sin nada por hacer.
El acuerdo de 15 puntos que el alcalde considera cumplido al 73 por ciento fue firmado por cuatro fuerzas, las tres que componen el tripartito y Costa del Sol Sí Puede, el partido instrumental de Podemos que votó a Bernal como alcalde pero prefirió quedarse fuera del gobierno. A los dos ediles de esta formación la suma le da otro resultado. Según sus cálculos se ha cumplido solamente un 30 por ciento de lo comprometido. Alguno debería revisar la batería de la calculadora. Además, precisan, lo que se ha hecho es lo más irrelevante.
Repasar el acuerdo de gobierno permite concluir que muchos de los puntos comprometidos siguen en el cajón de los asuntos pendientes. No hay reglamento de distritos, ni consejo territorial municipal, ni se ha elaborado el censo de personas con necesidades sociales, ni se ha abierto la residencia de mayores, ni se ha reabierto el centro terapéutico para personas con adicciones, medida que cuando era candidato Bernal anunció como la primera que tomaría tan pronto como accediera a la Alcaldía. Preguntado por estos asunto, el alcalde dijo esta semana que no se puede hacer todo en un año. Es verdad. También es posible que todas estas actuaciones formen parte del 27 por ciento pendiente, aunque en ese rincón no debe quedar mucho sitio ya que ahí se acumulan también todas las medidas previstas en el capítulo 5 del pacto (titulado Defensa de lo público), en el 7 (Revisión fiscal), en el 12 (Cultura y Patrimonio) y en el 14 (Seguridad ciudadana), así como la mayoría del 3 (Vivienda y acción social), del 4 (Empleo), del 13 (Educación y Deportes) y la mitad del 10 (Movilidad sostenible y Política medioambiental).
A la hora de hacer balance de su primer año, el equipo de gobierno municipal podría haber recordado las dificultades inesperadas y heredadas que se encontró en este periodo, especialmente las sentencias que anularon el PGOU y el convenio colectivo, o hacer hincapié especialmente en los resultados económicos, con la drástica reducción de la deuda privada. Esto último, virtud en gran medida de la aplicación de un plan de estabilidad impuesto por el gobierno central que impide a su vez la normal prestación de los servicios básicos. En el balance municipal esas cuentas aparecen, pero se incluye además ese porcentaje de cumplimiento del pacto de gobierno que resulta a todas luces difícil de homologar con la realidad.
El equipo de gobierno presentó también esta semana sus facturas de telefonía móvil, que presentan una reducción drástica del gasto de más del 90 por ciento en relación con la de los anteriores gestores. La más llamativa es la factura del alcalde, que da un consumo mensual de 3,95 euros.
El balance, en consecuencia, no puede ser más optimista. En su primer año el alcalde ha cumplido el 73 por ciento de su programa y prácticamente sin necesidad de hablar por teléfono. Todo un récord.