En los Presupuestos Generales del Estado más rácanos, restrictivos y peligrosos de la historia –por el riesgo que en buena lógica supone imponerle una dieta de adelgazamiento a un enfermo al borde la desnutrición– va el Gobierno e incluye una partida para recuperar el proyecto de prolongar el tren de Cercanías hasta Marbella. Y uno, la verdad, no sabe cómo tomárselo.
Porque no es que Marbella no necesite dejar de ser la única ciudad española con más de 100.000 habitantes sin estación de tren, ni mucho menos que sus vecinos y sus empresas se hayan resignado a no contar con el impulso que supondría la conexión ferroviaria. Pero es que ya llevamos más de un década escuchando la milonga del tren como para que a estas alturas, con unas cuentas que nos advierten de que no habrá dinero ni para saneamiento, ni para las playas, ni para promoción turística, ni para educación infantil, ni para becas, ni para ordenadores en las aulas, ni tan siquiera para cumplir con lo que marca la ley en las asignaciones a las autonomías, vengan y nos digan que sí va a haber para volver a empezar con el tren hasta Marbella.
No es que vayan a coger los estudios, informes y proyectos que se han venido haciendo durante los últimos años, desde que en 2000 se anunció por primera vez la idea, no. Como no ha habido suficiente, van a destinar 680.000 euros a un estudio nuevo. Durante 12 años desde la Junta de Andalucía gobernada por el PSOE, y también desde el Gobierno central del mismo signo, han estado mareando al personal con el asunto del tren hasta que el personal se ha dado cuenta de que no había ni fondos ni voluntad para embarcarse en el proyecto. Ahora llega el Gobierno del PP y anuncia que encarga un estudio. Y uno, la verdad, tiene ganas de creérselo, pero es que los antecesores se han gastado todo el crédito. También el financiero.
No es que el tren no sea necesario, imprescindible incluso, no es que no sea justo, ni mucho menos que no sea oportuno. El problema es que no es creíble.
Cualquiera que esté al tanto de lo que sucede en esta provincia estará cansado de leer y escuchar el encargo de proyectos, de estudios de viabilidad, incluso de maquetas y diseños de estaciones. Llevamos así 12 años. Ahora, a pesar de los recortes, se encarga uno nuevo.
O son unos cachondos o nos quieren tener entretenidos.