Los empresarios, y en especial los promotores, están más que preocupados por el rumbo en el que siguen marchando, con piloto automático, las relaciones entre el Ayuntamiento de Marbella y la Junta de Andalucía. Tras las buenas palabras de ‘lealtad institucional’ de un lado y ‘Marbella es un asunto de Estado’ del otro la situación sigue donde estaba. Y a los empresarios les preocupa que la falta de comunicación afecte a la tramitación del Plan General, que ven estancada.
Los últimos números que ambas administraciones se tiraron a la cabeza sobre las alegaciones que se habían enviado a la oficina de la Junta es sólo un síntoma más del punto donde están las relaciones.
Desde el gobierno andaluz se ha optado por repetir el mensaje de que el Plan es asunto del Ayuntamiento, y que a la Junta sólo le corresponde el control final de legalidad, pero esa postura tampoco ha ayudado a sacar el PGOU del debate político.
A los empresarios les inquieta que si desde el Ayuntamiento se sigue enconando el debate sobre este asunto, una vez que Chaves tenga su previsible victoria electoral en el bolsillo, el 10 de marzo se le acabe toda la receptividad que puede mostrar ahora.
Confundidos como están partidos e instituciones, es evidente que ni el PP va a tragar con un Plan aprobado por la Junta, ni el PSOE va a admitir que el Ayuntamiento le cambie radicalmente el documento. Por eso resaltan que para que salga adelante es necesario que se pongan de acuerdo. Con cesiones mutuas.
El viernes pasado, con Chaves en Marbella, los empresarios ofrecieron su mediación. Y por lo que se sabe, las gestiones se llevarán al más alto nivel.